El impacto de una cultura sólida en el rendimiento laboral
por la Dra. Gleb Tsipurski
Recientemente tuve el gran placer de entrevistar a Kevin Oakes, director ejecutivo de i4cp (Instituto para la Productividad Corporativa), una firma líder en investigación de recursos humanos. Nuestra conversación, centrada en sus últimas investigaciones, reveló una verdad sorprendente: una cultura sólida y preparada para el futuro puede multiplicar por cinco el rendimiento de una organización. Esta no es una suposición simple; es una afirmación basada en datos derivada de décadas de investigación rigurosa en i4cp, una organización con raíces que se remontan a sus días como Instituto de Recursos Humanos.
Su investigación conecta constantemente las prácticas de recursos humanos con resultados comerciales tangibles, como el crecimiento de los ingresos, la participación de mercado y la rentabilidad. i4cp no sólo identifica las mejores prácticas; indican «próximas prácticas», aquellas con una fuerte correlación con el impacto empresarial que aún no se han adoptado ampliamente. Esta entrevista ilustró cómo cultivar la cultura adecuada no es sólo algo “bueno de tener”, sino también un motor fundamental para el crecimiento empresarial exponencial.
Decodificando el modelo para una cultura preparada para el futuro
Oakes compartió ideas de un estudio fundamental sobre el cambio cultural en el que participaron más de 7.000 participantes. El estudio descubrió una realidad aleccionadora: la mayoría de las iniciativas de cambio cultural fracasan. Sin embargo, al analizar los éxitos, i4cp identificó un plan para crear una cultura más saludable y ágil. Esta investigación culminó en un libro, «Culture Renovation®», que describe 18 pasos prácticos para construir una «organización inquebrantable».
Sobre la base de esta base, la última investigación de i4cp profundiza en la creación de culturas ágiles y preparadas para el futuro, una capacidad crucial en el impredecible panorama empresarial actual. Como bien dijo Oakes, el objetivo es cultivar una cultura que no sólo acepte el cambio, sino que lo abrace como una oportunidad. No se trata simplemente de capear la tormenta; se trata de aprovechar los vientos de cambio para impulsar a la organización hacia adelante.
Los beneficios de una cultura sana y preparada para el futuro no son sólo cualitativos. Son cuantificables y profundos. Oakes reveló que las empresas con este tipo de culturas tienen cinco veces más probabilidades de ser organizaciones de alto rendimiento, lo que demuestra un crecimiento de ingresos, rentabilidad y participación de mercado superiores.
No se trata simplemente de capear la tormenta; se trata de aprovechar los vientos de cambio para impulsar a la organización hacia adelante.