El G20 finaliza en Río con protestas contra el hambre y las guerras
La cumbre del Grupo de las 20 principales economías del mundo (G20), celebrada en Río de Janeiro, Brasil, concluyó este martes con el traspaso formal de la presidencia temporal del foro a Sudáfrica y una declaración conjunta que incluyó un acuerdo para combatir el hambre, pidiendo más ayuda a Gaza y poner fin a la guerra en Ucrania.
«Tenemos la responsabilidad de hacerlo mejor», afirmó el anfitrión de la reunión, el presidente Luiz Inácio Lula da Silva, antes de entregar el mazo simbólico de la presidencia a su homólogo sudafricano Cyril Ramaphosa, cuyo país acogerá el evento en 2025.
Con la presidencia sudafricana, todos los países del G20 habrán comandado el liderazgo del grupo al menos una vez. En 2026, la coordinación de la organización volverá nuevamente a Estados Unidos, entonces con el presidente electo Donald Trump.
El debate del martes, último día de la cumbre, en el Museo de Arte Moderno de Río de Janeiro, giró en torno a los desafíos ambientales, la transición energética y el desarrollo sostenible.
«El G20 es responsable del 80% de las emisiones de gases de efecto invernadero», afirmó Lula. «Aunque no vayamos al mismo ritmo, todos podemos dar un paso más», prosiguió.
Lula destacó la «necesidad urgente» de que los países del G20 «adopten objetivos absolutos de reducción de emisiones para garantizar un futuro sostenible» para las generaciones venideras.
Además de una contribución de 325 millones de dólares al fondo de tecnologías limpias del Banco Mundial, el presidente estadounidense Joe Biden anunció una serie de iniciativas relacionado con el clima y desarrollo. Pero muchos de ellos requerirían la aceptación de Trump, quien se opone a tales proyectos y ha calificado la crisis climática de «estafa».
Casi todas las conversaciones entre los dirigentes se desarrollaron a puerta cerrada.
Ucrania, en la agenda
El conflicto ucraniano vuelve a estar sobre la mesa después de que el Ministro de Asuntos Exteriores ruso, Sergei Lavrov, prometiera que su país respondería en consecuencia al reciente lanzamiento por parte de Estados Unidos de misiles de largo alcance desde Ucrania hacia Rusia.
Los misiles «son operados por expertos militares estadounidenses», afirmó Lavrov en Río, considerando también que «esta es una nueva fase de la guerra de Occidente contra Rusia y reaccionaremos en consecuencia».
El presidente ruso Vladimir Putin no asistió a la cumbre y Lavrov estuvo en su lugar. Putin ha evitado cumbres similares desde que la Corte Penal Internacional (CPI) emitió una orden en marzo pasado para que los estados miembros lo arrestaran.