El color negro está asociado con la muerte.
Cuando se trata de jardinería, la belleza de un árbol no se limita a su apariencia. En ocasiones, estas plantas también se asocian a creencias populares que les confieren un aura mágica o, por el contrario, un poder nocivo. Si eres supersticioso y quieres plantar árboles alrededor de tu casa, evita estas variedades: en muchas culturas, están asociadas con la muerte y las energías malignas.
El nogal, un árbol brujo, el sauce llorón, sensor de energía negativa y el helecho, un amuleto de mala suerte. Desde el principio de los tiempos, las plantas y los árboles se han asociado con diversas creencias y supersticiones debido a su apariencia, simbolismo o leyendas que los rodean. Según las creencias populares y espirituales, es mejor evitar plantar ciertos árboles demasiado cerca de la casa. Especialmente aquellos que están asociados con la muerte, como:
– Ciprés: En Europa, este árbol se planta a menudo en los cementerios, donde simboliza la eternidad y el luto.
– Ciruela negra: aunque apreciada por su fruto rico en antioxidantes, la baya del saúco negro también está rodeada de un halo de superstición.
– Tuya: apodada el «árbol de la muerte» debido a su toxicidad, la thuja también se asocia con el duelo en varias culturas.
En cambio, ciertas plantas tienen el poder para difundir vibraciones positivas e incluso, para atraer la felicidad y “purificar” espacios del hogar o jardín. Por ejemplo, el roble, símbolo de fuerza y longevidad, es un árbol especialmente valorado en el folclore europeo. A menudo se asocia con sabiduría y protección, especialmente entre los celtas que consideraban este árbol sagrado como un signo de prosperidad y estabilidad.
La manzana está asociada a la fertilidad y al amor; ¡Es bienvenido en los jardines, especialmente cerca de las casas! Los mitos nórdicos y celtas plantean este árbol como símbolo de eterna juventud y generosidad. Otra variedad a tener en cuenta para un jardín de «buena onda» es el abedul, conocido por atraer vibraciones positivas y promover la resiliencia.
La naturaleza está llena de leyendas y supersticiones que también han dado forma a nuestros jardines y nuestras costumbres a lo largo de los siglos. Por ejemplo, nuestros antepasados solían plantar romero cerca de puertas y ventanas no solo para embellecerlas, sino también como un amuleto protector. El fuerte olor de esta hierba se dice que ahuyenta a los malos espíritus y promueve la memoria y claridad mental en la casa.
El acebo, símbolo de protección y buena suerte, se plantaba tradicionalmente para ahuyentar a los malos espíritus y atraer la buena suerte. Finalmente, en Europa, el laurel, símbolo de amabilidad y unión, se plantaba en las aldeas para unir a la comunidad y se cree que promueve la armonía y los vínculos familiares si se planta cerca de la casa.
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