Efectos del sobrepeso y bajo peso en la fertilidad de hombres y mujeres

Efectos del sobrepeso y bajo peso en la fertilidad de hombres y mujeres

La doctora ginecóloga responsable de Ginemed Asturias, Begoña Arnott, explicó que tener un índice de masa corporal (IMC) por encima o por debajo de los valores óptimos (18,5 – 24,9) «disminuye la posibilidad de concebir de forma natural, como eje hormonal responsable de la función reproductiva».

El experto detalló que la fertilidad está influenciada por varios factores, desde la genética y la edad hasta el estilo de vida y la salud general. Sin embargo, uno de los elementos cuya relación con la fertilidad es menos conocida es el IMC. Este indicador, que relaciona el peso y la altura para evaluar si una persona tiene bajo peso, peso normal, sobrepeso u obesidad, «puede tener un impacto significativo en las posibilidades de concebir y llevar un embarazo con éxito», afirmó Arnott.

Por tanto, subraya el hecho de que las mujeres con un IMC bajo (inferior a 18,5) se enfrentan a importantes riesgos relacionados con la salud reproductiva. Estos incluyen ciclos menstruales irregulares, ovulación anormal e incluso la ausencia de períodos (amenorrea). Según el especialista, “un IMC bajo puede provocar trastornos de ovulación, irregularidades menstruales y afectar el desarrollo del endometrio. En las adolescentes también se puede retrasar la maduración sexual”.

Además, un IMC alto (superior a 25) puede estar relacionado con el síndrome de ovario poliquístico (SOP), una de las principales causas de infertilidad femenina. En palabras del médico: “Un IMC alto puede afectar la calidad de los ovocitos, estar asociado con el síndrome de ovario poliquístico, aumentar el riesgo de diabetes, resistencia a la insulina, problemas cardiovasculares y presión arterial alta. Además, puede aumentar las posibilidades de aborto espontáneo y complicaciones durante el embarazo”.

Para los hombres, el exceso de peso también se asocia con un mayor riesgo de infertilidad debido a cambios en la producción de hormonas y espermatozoides. «Un IMC alto puede reducir el volumen de espermatozoides eyaculados, reducir el recuento y la motilidad de los espermatozoides debido a una menor producción de testosterona, lo que también puede provocar disfunción eréctil», añade.

Por otro lado, las implicaciones del IMC se extienden a los tratamientos de reproducción asistida. «Cuando las parejas recurren a la fecundación in vitro (FIV) o a la inseminación artificial, este factor juega un papel determinante en las posibilidades de éxito», afirma el especialista.

Además, estudios recientes han demostrado que las mujeres con un IMC no estándar enfrentan mayores desafíos en procedimientos como la fertilización in vitro (FIV). Según el médico, «las mujeres con un IMC alto o bajo pueden necesitar dosis hormonales más altas para la estimulación ovárica, tener tasas de fertilización y calidad embrionaria más bajas y un mayor riesgo de complicaciones durante la extracción de óvulos».

Como explicó el ginecólogo, es fundamental entender que la fertilidad no depende solo del peso. De esta forma, factores como el estrés, el sueño y el bienestar emocional también juegan «un papel crucial». Sin embargo, para las personas con un IMC fuera del rango normal, el primer paso hacia la concepción es optimizar la salud general mediante cambios en el estilo de vida.

«Es importante llevar una dieta equilibrada rica en frutas, verduras, legumbres y proteínas magras, además de evitar los alimentos ultraprocesados, el tabaco y el alcohol. «La actividad física regular también es fundamental para alcanzar un peso saludable y mejorar la función del eje que regula la reproducción», concluye Arnott.

FUENTE

nuevaprensa.info

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