El Ministro de Acción Exterior y de la Unión Europea, Jaume Duch, ha defendido la necesidad de tener un impacto más efectivo en la Unión Europea desde Cataluña: «La influencia no es una opción, es un ejercicio de responsabilidad política», afirmó.
En una comparecencia el jueves en la Comisión de Acción Exterior del Parlamento, explicó el plan de Bruselas, que es la hoja de ruta del gobierno para influir en la UE y responder a la necesidad de una «presencia más estratégica» de Cataluña.
Duch explicó que el plan es «otro paso para construir una relación estable y eficiente entre Cataluña y la UE», y subrayó que el gobierno renueva así su vocación proeuropea en uno de los momentos más sensibles e inciertos del proyecto europeo, según sus palabras.
El ministro de acción exterior calificó el plan como un «instrumento centrado en el cómo», que no contradice el plan estratégico de acción exterior 2023-2026 promovido por el gobierno anterior.
Duch insistió en que el plan de Bruselas es una invitación a la acción y apeló a los diputados en el Parlamento para colaborar y participar en su desarrollo a través de la «diplomacia parlamentaria».
Detalló que el plan incluye los temas y espacios en los que el gobierno intentará influir, como el nuevo marco multianual europeo que determinará la asignación de recursos a políticas de reindustrialización, autonomía estratégica, política agrícola común, infraestructuras, políticas sociales, ambientales y de vivienda.
«Y, por supuesto, el estatus oficial completo del catalán en las instituciones europeas, que defendemos en Bruselas y en los países que visitamos o en nuestros contactos con el cuerpo diplomático y consular en coordinación», defendió Duch.
Respecto a la prórroga de los presupuestos catalanes de 2025, el ministro afirmó que el gobierno no ha tirado la toalla con las cuentas y respetan a quienes decidieron retirarse de la mesa, en referencia a ERC.
Destacó que el ejecutivo catalán es pragmático y cumplirá con su plan gubernamental basado en la expansión de las cuentas y con elementos adicionales, subrayando que su ministerio «es un departamento que puede hacer muchas cosas con poco dinero».
Las juntas adjuntas de Francia de Dalmases criticaron que el ministro no estuviera preocupado por la falta de presupuestos, dieron garantías de que si el plan en Bruselas es una nueva propuesta, no puede desarrollarse sin cuentas y también pidieron amnistía para el expresidente de la Generalidad y líder de las juntas, Carles Puigdemont, para que pueda salir de Bélgica.
El republicano Juli Fernàndez afirmó que el plan en Bruselas es complementario al Ministerio de Asuntos Exteriores y lo describió como una «oportunidad perdida, que basa su acción exterior en la falta de ambición, de renuncia, aceptando su papel como región, como comunidad autónoma», indicando que si esta iniciativa se sometiera a votación, ERC votaría en contra.
Cristian Esibano (PP) afirmó que este plan «representa un desperdicio de dinero público» y acusó al gobierno de adoptar posiciones de independencia de continuidad y de dar prioridad a las agendas políticas sobre las necesidades de los ciudadanos al defender el estatus oficial del catalán en la UE.
Desde Vox, Alberto Tarradas preguntó al ministro si este plan implicaría duplicidad o invasión de funciones del ministerio y dio garantías de que el estatus oficial del catalán en la UE «no es una prioridad real, es una cortina de humo, un gesto simbólico para ocultar la falta de interés en los problemas reales» de los ciudadanos.
El diputado de las Comunes Andrés García Berrio considera que el plan tiene deficiencias, ya que cree que debería dar prioridad a la defensa de los derechos humanos, y también ha pedido al gobierno que influya en los presupuestos multianuales europeos para fortalecer la red europea de tejido social y la defensa de los derechos humanos.
Alberto Bondesio (PSC) ha reclamado el plan como estratégico para Cataluña y le ha pedido al ministro que garantice la coordinación de todas las autonomías para «maximizar el impacto» de la acción exterior, señalando que pronto los funcionarios catalanes se convertirán en realidad.
