Cómo la ayuda internacional tiene éxito y fracasa: factores determinantes.
Por Zhenglin (Alex) Li
La ayuda internacional se refiere a la asistencia brindada por uno o más países u organizaciones a otro país, a menudo sin expectativa de reembolso directo. Puede clasificarse en términos generales en ayuda de socorro a corto plazo destinada a abordar emergencias y ayuda al desarrollo a largo plazo centrada en infraestructura y creación de capacidad. En algunos casos, los donantes imponen condiciones que exigen que los receptores gasten el dinero de la ayuda en productos o servicios del país donante, una práctica conocida como ayuda vinculada. En general, la ayuda de socorro tiende a tener un impacto más positivo que la ayuda al desarrollo, mientras que la ayuda vinculada a menudo disminuye los beneficios de la asistencia.
El caso de la ayuda
La ayuda humanitaria ha resultado esencial en tiempos de crisis. Su eficacia radica en su claro propósito: abordar las necesidades inmediatas en situaciones de emergencia. Por ejemplo, la ayuda de socorro suele estar dirigida a proporcionar equipos y recursos para mitigar el impacto de los desastres naturales, lo que dificulta que los gobiernos hagan un mal uso de los fondos. Dado que el objetivo principal es salvar vidas, es menos probable que los gobiernos desperdicien dinero, ya que cualquier mala gestión podría tener consecuencias devastadoras para sus ciudadanos.
La ayuda también tiende a producir beneficios que superan sus inconvenientes porque da prioridad a las vidas humanas. Un ejemplo notable es la ayuda de la India a Nepal tras el devastador terremoto de magnitud 7,8 de 2015. El desastre se cobró aproximadamente 9.000 vidas y causó enormes pérdidas financieras. Si bien el gobierno de Nepal estaba ansioso por enviar equipos de rescate, las limitaciones financieras limitaron su capacidad para responder con eficacia. La ayuda de la India ha desempeñado un papel crucial al financiar refugios temporales, distribuir alimentos y otras necesidades y financiar equipos de rescate como helicópteros. Se han salvado miles de vidas y la ayuda también ha facilitado los esfuerzos de reconstrucción tras la destrucción.
Los desafíos de la ayuda al desarrollo
Por el contrario, la eficacia de la ayuda al desarrollo suele ser limitada. El objetivo de la ayuda al desarrollo es mejorar la infraestructura, como las redes de transporte, o mejorar el capital humano a través de la educación y la formación. Idealmente, estas mejoras atraerían inversión extranjera directa (IED) y estimularían el espíritu empresarial, lo que conduciría al crecimiento económico y la reducción de la pobreza. Sin embargo, para que la ayuda al desarrollo tenga éxito, se deben cumplir ciertas condiciones, como un gobierno estable y un sistema de mercado legal.
Sin estabilidad y Estado de derecho, la inversión se desalienta a medida que el futuro se vuelve incierto y los trabajadores capacitados pueden no poder utilizar sus habilidades debido a la guerra o la persecución política. Por ejemplo, durante la era de la República de Zaire (ahora República Democrática del Congo), el país estaba plagado de corrupción política e inestabilidad económica. La dictadura provocó una violencia generalizada, con ciudadanos frecuentemente asesinados y empresas transferidas por la fuerza a la familia del dictador. A pesar de recibir una importante ayuda de Estados Unidos y otros países de altos ingresos, gran parte del dinero se desvió hacia gastos militares o se perdió debido a la corrupción. Los programas de capacitación proporcionados por las Naciones Unidas también fueron ineficaces, ya que los trabajadores calificados a menudo eran sometidos a trabajos forzados, enriqueciendo la fortuna del dictador mediante la extracción de diamantes. Al final de este período, el Congo era uno de los países menos desarrollados del mundo, con menos de 100 médicos, a pesar de la importante ayuda para el desarrollo que había recibido. Incluso después del fin de la dictadura, la nación atravesó dos guerras civiles y un conflicto continuo, lo que la dejó con una de las economías más pobres, la peor infraestructura y la fuerza laboral menos calificada del mundo. Hasta la fecha, el Congo depende en gran medida de la exportación de productos primarios, con poca inversión extranjera o crecimiento empresarial.