El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, ha afirmado que Washington está trabajando para evitar un «conflicto» en el noreste de Siria y abordar las «preocupaciones legítimas» de Turquía sobre las Unidades de Protección del Pueblo (YPG) de los kurdos sirios, una milicia vinculada al Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK).
«Lo que no beneficiaría en absoluto todas las cosas positivas que vemos en Siria sería un conflicto. Nos aseguraremos de que no suceda», destacó durante una rueda de prensa junto al ministro francés de Asuntos Exteriores, Jean-Christmas. Barrett.
Estas medidas incluyen, explicó, la integración de las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS) en una organización de defensa unificada bajo la autoridad de las nuevas autoridades lideradas por el grupo Hayat Tahrir al Sham (HTS), así como la salida de Siria de combatientes extranjeros de la milicia.
«Es un proceso que llevará algún tiempo», afirmó Blinken, quien aseguró que está trabajando «muy estrechamente» con Turquía y espera que la nueva administración del republicano Donald Trump, que asumirá el cargo el 20 de enero, haga lo mismo.
Esto sucede después de que el Ministro de Asuntos Exteriores de Turquía, Hakan Fidan, advirtiera un día antes de que Ankara podría lanzar una ofensiva en el noreste de Siria si no expulsa a los líderes de las YPG y a los miembros integrados en las SDF.
Turquía considera que esta milicia está vinculada al PKK, considerado un grupo terrorista en el país. Desde la caída del régimen de Bashar al Assad, Ankara ha defendido que no reconocerá ni a la milicia ni a la llamada administración kurda en el noreste de Siria, Rojava, como parte del establecimiento de una nueva estructura de poder en el país vecino.