Así se ve un choque de motocicletas.
09 de mayo de 2024
Los conductores de motocicletas son uno de los grupos de usuarios más vulnerables. Sin una estructura protectora a su alrededor, el motociclista está directamente expuesto a las consecuencias de colisiones y caídas, sin más protección que un casco y otros equipos de seguridad que puedan utilizar para protegerse.
Para analizar cómo es un accidente de moto, la Fundación MAPFRE realizó una prueba experimental de impacto frontal entre una moto y un coche, acompañando el informe «Ergonomía y sensaciones en el uso de airbags para motociclistas».
«En el 51% de los incidentes entre motos y otros vehículos, el conductor del otro vehículo está implicado o no vio la moto» explica Jesús Monclús, director de prevención y seguridad vial de Fundación MAPFRE.
A tan solo 40 kilómetros por hora
En esta prueba de impacto realizada en directo para los medios, una motocicleta con dos ocupantes ficticios que circula a 40 km/h choca con un coche parado.
A pesar de la baja velocidad (solo 40 km/h) y de que el coche está parado y sabemos que las «víctimas» no resultarán heridas, el impacto es impresionante. Todo sucede en un instante: la moto choca violentamente contra la parte delantera del coche y los dos ocupantes de la moto salen despedidos hacia adelante de sus asientos.
El muñeco del motociclista se golpea la cabeza contra el capó y cae delante del coche. El maniquí del pasajero, por el contrario, vuela por encima del conductor y vuelca en el aire, golpea el parabrisas y el techo del coche y aterriza en el suelo detrás del vehículo en una posición anatómicamente imposible.
Fundación MAPFRE
Chalecos con airbag
La prueba también se realiza con ambos maniquíes equipados con chalecos con bolsas inflables, que se activan cuando se tensa la correa que conecta la motocicleta al chaleco del piloto y el mecanismo llena la bolsa de CO2 que libera una pequeña bombona de gas integrada en el chaleco en menos de 200 milisegundos, el tiempo de un parpadeo.
“Estos airbags protegen el pecho, la espalda, el cóccix, la nuca y la nuca, reduciendo la probabilidad de sufrir lesiones graves hasta en un 22%” explican en Fundación MAPFRE. «Menos de la mitad de los motociclistas lesionados utilizan otros equipos de seguridad» agregan.
El estudio señala que el tiempo de inflado del airbag no debe ser inferior a cinco segundos y señala que para que funcione correctamente, «un airbag debe estar correctamente ajustado, sin provocar molestias al subir o bajar de la motocicleta, al girar la cabeza o el tronco, ni dificultar la respiración».
En 2023, 299 motociclistas perdieron la vida en accidentes de tráfico, lo que representa el 26% de todas las muertes registradas, según datos provisionales de la DGT.