Aprobado en el Reino Unido nuevo fármaco contra el Alzheimer sin financiación pública
Una agencia independiente asegura que los beneficios para el paciente no están suficientemente demostrados y que, por tanto, el costo es demasiado alto. Este es el segundo tratamiento autorizado en pocos meses en este país.
En el Reino Unido se ha aprobado un nuevo fármaco contra el Alzheimer, Kisunla. Sin embargo, el gobierno decidió no cubrir sus gastos con dinero público tras el informe de una agencia de seguimiento independiente que garantiza que el tratamiento no vale la pena el costo para los pacientes.
Este es el segundo fármaco contra esta enfermedad neurodegenerativa que recibe una recepción mixta por parte del gobierno del Reino Unido. En agosto, el Reino Unido ha autorizado otro tratamiento para esta enfermedad, Leqembi. Sin embargo, el mismo organismo de control volvió a emitir una recomendación al servicio de salud pública británico, el NHS, recomendándole que no cubra sus costes.
El gobierno dijo el miércoles que el nuevo tratamiento «muestra cierta efectividad» para frenar la progresión de la enfermedad de Alzheimer y aprobó su uso para tratar a pacientes que se encuentran en las primeras etapas de la enfermedad, pero el Instituto Nacional para la Excelencia en la Salud y la Atención (NICE) del Reino Unido dijo que necesita más pruebas para demostrar el valor de Kisunla.
Kisunla, también conocido como donanemab, neutraliza una proteína del cerebro que se cree que está relacionada con el desarrollo de la enfermedad de Alzheimer. El fabricante del medicamento, Lilly, explica que un año de tratamiento cuesta 32.000 dólares (aproximadamente 28.700 euros).
NICE afirma que Kisunla presenta ciertos riesgos para los pacientes. El nuevo tratamiento requiere medicación intravenosa periódica y un estrecho seguimiento de los posibles efectos secundarios (algunos de ellos graves, como el ictus). Esto «significa que actualmente no puede considerarse una buena opción para los pacientes», explica el instituto de salud.
Los expertos del NICE, sin embargo, reconocen la «importancia de las nuevas opciones de tratamiento» para la enfermedad de Alzheimer y pidieron a los fabricantes farmacéuticos que proporcionen información adicional para abordar las incertidumbres en torno a la evidencia sobre drogas.
En la asistencia sanitaria pública del Reino Unido, la mayoría de los pacientes reciben atención gratuita pagada por el gobierno; solo podrán adquirir el nuevo tratamiento si lo pagan enteramente de su bolsillo.
«Las personas que viven con demencia y sus seres queridos sin duda se sentirán decepcionados por la decisión de no financiar este nuevo tratamiento», afirmó Tara Spiers-Jones, directora del Centro para el Descubrimiento de las Ciencias del Cerebro de la Universidad de Edimburgo. «La buena noticia es que los nuevos tratamientos pueden retrasar la enfermedad. Aunque sea poco, es útil», afirmó en un comunicado. Spiers-Jones afirma que una nueva investigación eventualmente conducirá a tratamientos más seguros y eficientes.
Fiona Carragher, directora de políticas e investigación de la Sociedad de Alzheimer, dijo que la decisión del NICE era «desalentadora», pero afirmó: se están probando unos 20 medicamentos para el Alzheimer en etapas avanzadas. «En otras enfermedades, como el cáncer, los tratamientos se han vuelto más eficaces, más seguros y más baratos con el tiempo», afirmó. «Esperamos ver un progreso similar en la demencia».
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