Amenaza para el ejército ruso: arrestan al director de Telegram
La detención de Pavel Durov en Francia podría representar un problema para Rusia: su aplicación, Telegram, es uno de los principales canales de comunicación de las tropas en Ucrania.
Telegram es muy popular entre los rusoparlantes y desempeña un papel crucial en la guerra que comenzó en febrero de 2024, hasta el punto de que, según un análisis del Instituto para el Estudio de la Guerra, es «la principal alternativa a las comunicaciones oficiales para el personal militar ruso en Ucrania».
El papel de Telegram en la guerra
Como explica «Euronews», Christine Dugoin-Clément, investigadora experta en este tema en la Escuela de Negocios de la Sorbona de París, la plataforma juega un papel muy importante en la coordinación de acciones militares a diferentes niveles, el almacenamiento de vídeos y el intercambio de archivos de gran tamaño.
Según el Instituto para el Estudio de la Guerra, la plataforma ha reemplazado en muchos casos los lentos e ineficaces canales de comunicación oficiales de los militares. «Las fuerzas rusas hicieron frente a la falta de comunicaciones adecuadas utilizando sus dispositivos personales para organizar la logística de primera línea y las operaciones de combate».
El Centro de Estudios Militares escribe que el Kremlin intentó evitar esta deriva castigando el uso de canales de comunicación privados, pero sin ofrecer una alternativa adecuada.
Además de su importancia en el campo de batalla, Telegram también se utiliza para difundir la narrativa oficial rusa sobre la guerra en Ucrania, con muchos canales vinculados más o menos directamente al Kremlin o al Departamento de Defensa ruso. «Nos dimos cuenta de que se habían creado algunos canales falsos vinculados directamente al Kremlin», afirma Christine Dugoin-Clément.
Según los expertos, el gobierno de Moscú ha descubierto la mejor manera de explotar Telegram después de un intento fallido de poner la plataforma bajo su control total en 2018. El resultado es una especie de «cooperación» que permitió a Pavel Durov mantener su canal operativo con aparente independencia de las autoridades nacionales y permitir al Kremlin dirigir sus actividades en su beneficio.
Por un lado, explica Dugoin-Clément, se aprobaron leyes cada vez más restrictivas. «Los propietarios de canales con más de 10.000 seguidores deberán facilitar información a Roskomnadzor, la organización encargada de controlar todos los medios y redes sociales.»
La misma ley establece que todo canal seguido por más de 500.000 usuarios debe proporcionar toda la información sobre sus usuarios a petición de Roskomnadzor o los servicios de inteligencia. Así que no hay control, pero digamos una especie de cooperación con el canal».
Un caso diplomático
Con su director general en la cárcel en un país europeo, Telegram ahora puede ser considerado inseguro por el ejército ruso y, en el peor de los casos, podría ser completamente bloqueado en el país, informa el Instituto para el Estudio de la Guerra.
Aunque no se detectó una correlación inmediata entre el arresto de Durov y el funcionamiento de la plataforma en el corto plazo, la misma incertidumbre sobre el destino del servicio podría provocar que sus usuarios lo abandonen. Esto «probablemente afectaría las operaciones de primera línea», según el grupo de expertos.
Sin embargo, parece poco probable que las autoridades francesas puedan acceder a la información militar contenida en los chats cifrados de Telegram. «Podrían intentarlo, pero sería ilegal, porque a nivel europeo no existe ninguna regulación para la lectura de mensajes privados», explica a Euronews Axel Legay, profesor de la Escuela Politécnica de Lovaina (Bélgica). El Servicio Secreto podría intentarlo.
Sin duda, la detención de Durov ya se ha convertido en un asunto diplomático. La embajada rusa en París acusó a los franceses de negarse a cooperar, mientras que el Kremlin dijo que estaba esperando comunicaciones oficiales sobre los cargos contra Durov y negó una reunión entre el fundador de Telegram y Vladimir Putin en Azerbaiyán, especulado por algunos medios de comunicación.
Mientras tanto, el presidente francés, Emmanuel Macron asegura que la detención «no es una decisión política», sino una iniciativa totalmente independiente del sistema de justicia francés.
