Activistas y comunidades se unen para preservar los ricos bosques ribereños en el Pantanal de Brasil. El Pantanal es el humedal de agua dulce más grande del mundo y comparte su extraordinaria riqueza de biodiversidad en tres países: Brasil, Bolivia y Paraguay. Situado en la cuenca alta del río Paraguay, cada año esta inmensa llanura se inunda. Cuando lo hace llena los grandes depósitos de agua que están esparcidos por todo el territorio y que actúan como reguladores del clima y fuente de vida de la región. Este humedal alberga un bioma con características únicas del Planeta. En el Pantanal convergen tres grandes ecosistemas: cerrado, bosque seco chiquitano y el chaco, que sustentan una de las más altas concentraciones de vida silvestre de América Latina. Mantener los servicios ecosistémicos del Pantanal es fundamental para los medios de vida de más de 350 mil habitantes de la región. En el Pantanal brasileño, el humedal más grande del mundo, los bosques ribereños son verdaderos guardianes del equilibrio ecológico. Ubicado entre los estados de Mato Grosso y Mato Grosso do Sul, la vegetación nativa y exuberante que crece a lo largo de las orillas de los ríos del Pantanal cumple funciones esenciales: ayuda a preservar las riberas, combate la erosión, regula la calidad del agua y brinda refugio a una vasta biodiversidad, incluidas especies endémicas y en peligro de extinción. También es zona de refugio durante las inundaciones y se convierte en imprescindible para la alimentación de las especies animales y la supervivencia de diversas formas de vida en períodos de sequía. Wilson Malheiros, nacido y criado en la región de Serra do Amolar, a 200 kilómetros de la ciudad de Corumbá, desarrolló una profunda conexión con la naturaleza del Pantanal desde temprana edad. Como habitante de las riberas de los ríos, se dio cuenta de que estas zonas son esenciales para mantener el equilibrio ecológico de la región. Especies como el tarumeiro, la higuera, los monos aulladores y el roncador habitan estos bosques. Además, “los árboles evitan que el río se llene de sedimentos“, explica Malheiros, destacando el papel vital que desempeñan estos bosques a la hora de proteger a las riberas de los ríos de la erosión. Para Malheiros, estos bosques son el verdadero corazón del Pantanal. Mantienen los ríos limpios y saludables. “Sin los árboles ribereños, la sedimentación sería mucho mayor y esto perjudicaría directamente la vida de los peces y otros animales que dependen del río”, afirma. Pantanal: mucho más que un humedal “Decimos Pantanal, pero es una mezcla de información. La ocupación y la dinámica ribereña se dieron de maneras diferentes a otras regiones, como la Amazonía”, explica Wener Hugo Arruda Moreno, biólogo del Instituto Homem Pantaneiro (IHP), fundado en 2002 para preservar el bioma del Pantanal y la cultura local. De hecho, el experto destaca que el Pantanal está compuesto por once subregiones. En este ecosistema, el 33.3 % del territorio está formado por bosques que se encuentran en cadenas montañosas que rara vez se inundan. De esta cobertura vegetal, el 42 % está formada por formaciones de sabana y el 58 % por formaciones forestales que cuentan con árboles de mayor altura, según datos de Mapbiomas. El territorio forestal del Pantanal se concentra en la región de la Serra do Amolar, donde se encuentra el Parque Nacional Pantanal Matogrossense y donde nació Wilson Malheiro. Además, el Pantanal alberga a una de las faunas más ricas y diversas del planeta, con al menos 264 especies de peces, 652 de aves, 102 de mamíferos, 177 de reptiles y 40 de anfibios, según el Instituto Chico Mendes para la Conservación de la Biodiversidad (ICMBio). La fauna en este ecosistema está fuertemente influenciada por El Cerrado (sabana brasileña) y con aportes de la Amazonía. Uno de los aspectos más notables es la alta densidad de grandes vertebrados, una característica extraña que no se observa en ningún otro lugar del continente. En este territorio complejo y excepcionalmente biodiverso, destaca también el trabajo de comunidades locales ribereñas que buscan preservarlo. “Se realizan limpiezas y adecuaciones para la ocupación del terreno, implementando sistemas que mitiguen el impacto ambiental”, afirma Moreno. “Además, se complementa la vegetación con especies como mango, acerola y seriguelas, que son frutales utilizados tanto para la alimentación como con fines ornamentales”, agrega. Esa relación entre las comunidades ribereñas y sus bosques se extiende también a la vida cotidiana. “Hay plantas nativas, como jatobá y acuri, que son aprovechadas por la población. Las comunidades están a sólo 5 o 10 metros del agua y esa cercanía facilita el cultivo”, explica Moreno. El biólogo también destaca que la gente participa activamente en la dispersión de semillas nativas. “A menudo toman semillas de jatobá y las llevan a diferentes lugares del Pantanal, ayudando a regenerar la vegetación nativa”, dice. “Imagínense la ribera del río, con una zona limpia, una casa construida y con barquitos al frente. Al fondo, yuca y árboles frutales o plantaciones. Las comunidades cuidan especialmente las plantas ornamentales, que a menudo aportan un gran valor estético y emocional”, añade Moreno. “Pero la dinámica de ocupación en el Pantanal enfrenta desafíos, como el cambio climático y las actividades humanas que impactan directamente los ríos y la fauna”, agrega el experto. Proteger el bosque de las amenazas Con el objetivo de contribuir a la preservación del Pantanal y apoyar a las comunidades ribereñas, el IHP ha llevado a cabo varias acciones. Durante un periodo de grave sequía e incendios forestales, la organización hizo donaciones para ayudar a las comunidades que perdieron plantas esenciales. Además de las donaciones, el IHP lleva a cabo acciones de restauración del paisaje. “Proporcionamos plántulas fructíferas a la comunidad. Muchas familias, muchas comunidades perdieron estas plantas [con las sequías y los incendios]”, recuerda Moreno. Esta interacción con la gente de la zona es esencial para la recuperación de la flora local y la promoción de la seguridad alimentaria. Sin embargo, la degradación ambiental es un problema preocupante. “Nos enfrentamos a una sequía muy grave y la cantidad de agua en el Pantanal está disminuyendo. Esto afecta directamente a la vida de personas que dependen de la pesca y de la agricultura familiar de subsistencia, como las familias ribereñas”, explica Moreno. De hecho, existe una relación intrínseca entre el Pantanal y El Cerrado. Este último sirve como “tanque de agua” para la región. “El Cerrado, como decimos, es nuestro tanque de agua. De aquí proviene toda el agua que baja al Pantanal”, dice el experto. Activistas y las comunidades se unen para preservar los ricos bosques ribereños en el Pantanal de Brasil. Por eso, es crucial conservar los manantiales y la vegetación de esa zona para garantizar la salud del Pantanal. Las actividades humanas, como los monocultivos, también impactan directamente en los manantiales y la calidad del agua en este ecosistema, según el especialista del IHP. Con el objetivo de asegurar el agua, el IHP busca convencer a los propietarios privados de terrenos cercanos a los ríos en el Planalto para conservarlos. Parte de esta estrategia es adoptada a través del Programa Cabeceiras do Pantanal para la preservación de Áreas de Protección Permanente (APP). Moreno destaca la importancia de garantizar la protección de los ríos, a los que llama «corredores vivos». La disminución en la cantidad de agua en el Pantanal, como lo muestra MapBiomas, ha llevado a la reducción de las zonas húmedas, lo que se traduce en una mayor superficie seca en el Pantanal. Los incendios han causado estragos en el Pantanal en los últimos años. Para combatir esta destrucción, Malheiros y su comunidad se movilizan en iniciativas de reforestación, sembrando nuevos plantones en zonas degradadas con especies cosechadas localmente. El Pantanal es visto como un lugar de resiliencia, donde las personas y la naturaleza luchan por su supervivencia. El Instituto Chico Mendes de Conservación de la Biodiversidad trabaja en acciones para proteger las áreas federales del Pantanal. Se han establecido planes de protección contra incendios y proyectos de restauración de la vegetación en estas áreas. Las comunidades ribereñas también se unen en iniciativas de conservación. La Coalición Pontes Pantaneiras promueve el diálogo y la cooperación para construir un futuro sostenible para las comunidades ribereñas y el ecosistema que habitan el Pantanal. Es fundamental preservar los ecosistemas del Pantanal para garantizar su sostenibilidad a largo plazo. Unidos para preservar los bosques ribereños en el Pantanal de Brasil
![Activistas y comunidades se unen para preservar los ricos bosques ribereños en el Pantanal de Brasil. El Pantanal es el humedal de agua dulce más grande del mundo y comparte su extraordinaria riqueza de biodiversidad en tres países: Brasil, Bolivia y Paraguay. Situado en la cuenca alta del río Paraguay, cada año esta inmensa llanura se inunda.
Cuando lo hace llena los grandes depósitos de agua que están esparcidos por todo el territorio y que actúan como reguladores del clima y fuente de vida de la región. Este humedal alberga un bioma con características únicas del Planeta. En el Pantanal convergen tres grandes ecosistemas: cerrado, bosque seco chiquitano y el chaco, que sustentan una de las más altas concentraciones de vida silvestre de América Latina. Mantener los servicios ecosistémicos del Pantanal es fundamental para los medios de vida de más de 350 mil habitantes de la región.
En el Pantanal brasileño, el humedal más grande del mundo, los bosques ribereños son verdaderos guardianes del equilibrio ecológico. Ubicado entre los estados de Mato Grosso y Mato Grosso do Sul, la vegetación nativa y exuberante que crece a lo largo de las orillas de los ríos del Pantanal cumple funciones esenciales: ayuda a preservar las riberas, combate la erosión, regula la calidad del agua y brinda refugio a una vasta biodiversidad, incluidas especies endémicas y en peligro de extinción.
También es zona de refugio durante las inundaciones y se convierte en imprescindible para la alimentación de las especies animales y la supervivencia de diversas formas de vida en períodos de sequía. Wilson Malheiros, nacido y criado en la región de Serra do Amolar, a 200 kilómetros de la ciudad de Corumbá, desarrolló una profunda conexión con la naturaleza del Pantanal desde temprana edad.
Como habitante de las riberas de los ríos, se dio cuenta de que estas zonas son esenciales para mantener el equilibrio ecológico de la región. Especies como el tarumeiro, la higuera, los monos aulladores y el roncador habitan estos bosques.
Además, “los árboles evitan que el río se llene de sedimentos“, explica Malheiros, destacando el papel vital que desempeñan estos bosques a la hora de proteger a las riberas de los ríos de la erosión.
Para Malheiros, estos bosques son el verdadero corazón del Pantanal. Mantienen los ríos limpios y saludables. “Sin los árboles ribereños, la sedimentación sería mucho mayor y esto perjudicaría directamente la vida de los peces y otros animales que dependen del río”, afirma.
Pantanal: mucho más que un humedal
“Decimos Pantanal, pero es una mezcla de información. La ocupación y la dinámica ribereña se dieron de maneras diferentes a otras regiones, como la Amazonía”, explica Wener Hugo Arruda Moreno, biólogo del Instituto Homem Pantaneiro (IHP), fundado en 2002 para preservar el bioma del Pantanal y la cultura local. De hecho, el experto destaca que el Pantanal está compuesto por once subregiones.
En este ecosistema, el 33.3 % del territorio está formado por bosques que se encuentran en cadenas montañosas que rara vez se inundan. De esta cobertura vegetal, el 42 % está formada por formaciones de sabana y el 58 % por formaciones forestales que cuentan con árboles de mayor altura, según datos de Mapbiomas.
El territorio forestal del Pantanal se concentra en la región de la Serra do Amolar, donde se encuentra el Parque Nacional Pantanal Matogrossense y donde nació Wilson Malheiro.
Además, el Pantanal alberga a una de las faunas más ricas y diversas del planeta, con al menos 264 especies de peces, 652 de aves, 102 de mamíferos, 177 de reptiles y 40 de anfibios, según el Instituto Chico Mendes para la Conservación de la Biodiversidad (ICMBio).
La fauna en este ecosistema está fuertemente influenciada por El Cerrado (sabana brasileña) y con aportes de la Amazonía. Uno de los aspectos más notables es la alta densidad de grandes vertebrados, una característica extraña que no se observa en ningún otro lugar del continente.
En este territorio complejo y excepcionalmente biodiverso, destaca también el trabajo de comunidades locales ribereñas que buscan preservarlo. “Se realizan limpiezas y adecuaciones para la ocupación del terreno, implementando sistemas que mitiguen el impacto ambiental”, afirma Moreno.
“Además, se complementa la vegetación con especies como mango, acerola y seriguelas, que son frutales utilizados tanto para la alimentación como con fines ornamentales”, agrega.
Esa relación entre las comunidades ribereñas y sus bosques se extiende también a la vida cotidiana. “Hay plantas nativas, como jatobá y acuri, que son aprovechadas por la población. Las comunidades están a sólo 5 o 10 metros del agua y esa cercanía facilita el cultivo”, explica Moreno.
El biólogo también destaca que la gente participa activamente en la dispersión de semillas nativas. “A menudo toman semillas de jatobá y las llevan a diferentes lugares del Pantanal, ayudando a regenerar la vegetación nativa”, dice.
“Imagínense la ribera del río, con una zona limpia, una casa construida y con barquitos al frente. Al fondo, yuca y árboles frutales o plantaciones. Las comunidades cuidan especialmente las plantas ornamentales, que a menudo aportan un gran valor estético y emocional”, añade Moreno.
“Pero la dinámica de ocupación en el Pantanal enfrenta desafíos, como el cambio climático y las actividades humanas que impactan directamente los ríos y la fauna”, agrega el experto.
Proteger el bosque de las amenazas
Con el objetivo de contribuir a la preservación del Pantanal y apoyar a las comunidades ribereñas, el IHP ha llevado a cabo varias acciones. Durante un periodo de grave sequía e incendios forestales, la organización hizo donaciones para ayudar a las comunidades que perdieron plantas esenciales.
Además de las donaciones, el IHP lleva a cabo acciones de restauración del paisaje. “Proporcionamos plántulas fructíferas a la comunidad. Muchas familias, muchas comunidades perdieron estas plantas [con las sequías y los incendios]”, recuerda Moreno. Esta interacción con la gente de la zona es esencial para la recuperación de la flora local y la promoción de la seguridad alimentaria.
Sin embargo, la degradación ambiental es un problema preocupante. “Nos enfrentamos a una sequía muy grave y la cantidad de agua en el Pantanal está disminuyendo. Esto afecta directamente a la vida de personas que dependen de la pesca y de la agricultura familiar de subsistencia, como las familias ribereñas”, explica Moreno.
De hecho, existe una relación intrínseca entre el Pantanal y El Cerrado. Este último sirve como “tanque de agua” para la región. “El Cerrado, como decimos, es nuestro tanque de agua. De aquí proviene toda el agua que baja al Pantanal”, dice el experto. Activistas y las comunidades se unen para preservar los ricos bosques ribereños en el Pantanal de Brasil. Por eso, es crucial conservar los manantiales y la vegetación de esa zona para garantizar la salud del Pantanal. Las actividades humanas, como los monocultivos, también impactan directamente en los manantiales y la calidad del agua en este ecosistema, según el especialista del IHP. Con el objetivo de asegurar el agua, el IHP busca convencer a los propietarios privados de terrenos cercanos a los ríos en el Planalto para conservarlos.
Parte de esta estrategia es adoptada a través del Programa Cabeceiras do Pantanal para la preservación de Áreas de Protección Permanente (APP). Moreno destaca la importancia de garantizar la protección de los ríos, a los que llama «corredores vivos». La disminución en la cantidad de agua en el Pantanal, como lo muestra MapBiomas, ha llevado a la reducción de las zonas húmedas, lo que se traduce en una mayor superficie seca en el Pantanal.
Los incendios han causado estragos en el Pantanal en los últimos años. Para combatir esta destrucción, Malheiros y su comunidad se movilizan en iniciativas de reforestación, sembrando nuevos plantones en zonas degradadas con especies cosechadas localmente. El Pantanal es visto como un lugar de resiliencia, donde las personas y la naturaleza luchan por su supervivencia.
El Instituto Chico Mendes de Conservación de la Biodiversidad trabaja en acciones para proteger las áreas federales del Pantanal. Se han establecido planes de protección contra incendios y proyectos de restauración de la vegetación en estas áreas. Las comunidades ribereñas también se unen en iniciativas de conservación.
La Coalición Pontes Pantaneiras promueve el diálogo y la cooperación para construir un futuro sostenible para las comunidades ribereñas y el ecosistema que habitan el Pantanal. Es fundamental preservar los ecosistemas del Pantanal para garantizar su sostenibilidad a largo plazo. Unidos para preservar los bosques ribereños en el Pantanal de Brasil](https://nuevaprensa.info/wp-content/uploads/2025/04/Activistas-y-comunidades-se-unen-para-preservar-los-ricos-bosques.jpeg)
El Pantanal es el humedal de agua dulce más grande del mundo y comparte su extraordinaria riqueza de biodiversidad en tres países: Brasil, Bolivia y Paraguay. Situado en la cuenca alta del río Paraguay, cada año esta inmensa llanura se inunda.
Cuando lo hace llena los grandes depósitos de agua que están esparcidos por todo el territorio y que actúan como reguladores del clima y fuente de vida de la región. Este humedal alberga un bioma con características únicas del Planeta.
En el Pantanal convergen tres grandes ecosistemas: cerrado, bosque seco chiquitano y el chaco, que sustentan una de las más altas concentraciones de vida silvestre de América Latina. Mantener los servicios ecosistémicos del Pantanal es fundamental para los medios de vida de más de 350 mil habitantes de la región.
¿Porqué es vital proteger El Pantanal?
En el Pantanal brasileño, el humedal más grande del mundo, los bosques ribereños son verdaderos guardianes del equilibrio ecológico. Ubicado entre los estados de Mato Grosso y Mato Grosso do Sul, la vegetación nativa y exuberante que crece a lo largo de las orillas de los ríos del Pantanal cumple funciones esenciales: ayuda a preservar las riberas, combate la erosión, regula la calidad del agua y brinda refugio a una vasta biodiversidad, incluidas especies endémicas y en peligro de extinción.
También es zona de refugio durante las inundaciones y se convierte en imprescindible para la alimentación de las especies animales y la supervivencia de diversas formas de vida en períodos de sequía. Wilson Malheiros, nacido y criado en la región de Serra do Amolar, a 200 kilómetros de la ciudad de Corumbá, desarrolló una profunda conexión con la naturaleza del Pantanal desde temprana edad.
Como habitante de las riberas de los ríos, se dio cuenta de que estas zonas son esenciales para mantener el equilibrio ecológico de la región. Especies como el tarumeiro, la higuera, los monos aulladores y el roncador habitan estos bosques.
Además, “los árboles evitan que el río se llene de sedimentos“, explica Malheiros, destacando el papel vital que desempeñan estos bosques a la hora de proteger a las riberas de los ríos de la erosión.
Para Malheiros, estos bosques son el verdadero corazón del Pantanal. Mantienen los ríos limpios y saludables. “Sin los árboles ribereños, la sedimentación sería mucho mayor y esto perjudicaría directamente la vida de los peces y otros animales que dependen del río”, afirma.
Pantanal: mucho más que un humedal
“Decimos Pantanal, pero es una mezcla de información. La ocupación y la dinámica ribereña se dieron de maneras diferentes a otras regiones, como la Amazonía”, explica Wener Hugo Arruda Moreno, biólogo del Instituto Homem Pantaneiro (IHP), fundado en 2002 para preservar el bioma del Pantanal y la cultura local. De hecho, el experto destaca que el Pantanal está compuesto por once subregiones.
En este ecosistema, el 33.3 % del territorio está formado por bosques que se encuentran en cadenas montañosas que rara vez se inundan. De esta cobertura vegetal, el 42 % está formada por formaciones de sabana y el 58 % por formaciones forestales que cuentan con árboles de mayor altura, según datos de Mapbiomas.
El territorio forestal del Pantanal se concentra en la región de la Serra do Amolar, donde se encuentra el Parque Nacional Pantanal Matogrossense y donde nació Wilson Malheiro.
Además, el Pantanal alberga a una de las faunas más ricas y diversas del planeta, con al menos 264 especies de peces, 652 de aves, 102 de mamíferos, 177 de reptiles y 40 de anfibios, según el Instituto Chico Mendes para la Conservación de la Biodiversidad (ICMBio).
La fauna en este ecosistema está fuertemente influenciada por El Cerrado (sabana brasileña) y con aportes de la Amazonía. Uno de los aspectos más notables es la alta densidad de grandes vertebrados, una característica extraña que no se observa en ningún otro lugar del continente.
En este territorio complejo y excepcionalmente biodiverso, destaca también el trabajo de comunidades locales ribereñas que buscan preservarlo. “Se realizan limpiezas y adecuaciones para la ocupación del terreno, implementando sistemas que mitiguen el impacto ambiental”, afirma Moreno.
“Además, se complementa la vegetación con especies como mango, acerola y seriguelas, que son frutales utilizados tanto para la alimentación como con fines ornamentales”, agrega.
Esa relación entre las comunidades ribereñas y sus bosques se extiende también a la vida cotidiana. “Hay plantas nativas, como jatobá y acuri, que son aprovechadas por la población. Las comunidades están a sólo 5 o 10 metros del agua y esa cercanía facilita el cultivo”, explica Moreno.
El biólogo también destaca que la gente participa activamente en la dispersión de semillas nativas. “A menudo toman semillas de jatobá y las llevan a diferentes lugares del Pantanal, ayudando a regenerar la vegetación nativa”, dice.
“Imagínense la ribera del río, con una zona limpia, una casa construida y con barquitos al frente. Al fondo, yuca y árboles frutales o plantaciones. Las comunidades cuidan especialmente las plantas ornamentales, que a menudo aportan un gran valor estético y emocional”, añade Moreno.
“Pero la dinámica de ocupación en el Pantanal enfrenta desafíos, como el cambio climático y las actividades humanas que impactan directamente los ríos y la fauna”, agrega el experto.
Proteger el bosque de las amenazas
Con el objetivo de contribuir a la preservación del Pantanal y apoyar a las comunidades ribereñas, el IHP ha llevado a cabo varias acciones. Durante un periodo de grave sequía e incendios forestales, la organización hizo donaciones para ayudar a las comunidades que perdieron plantas esenciales.
Además de las donaciones, el IHP lleva a cabo acciones de restauración del paisaje. “Proporcionamos plántulas fructíferas a la comunidad. Muchas familias, muchas comunidades perdieron estas plantas [con las sequías y los incendios]”, recuerda Moreno. Esta interacción con la gente de la zona es esencial para la recuperación de la flora local y la promoción de la seguridad alimentaria.
Sin embargo, la degradación ambiental es un problema preocupante. “Nos enfrentamos a una sequía muy grave y la cantidad de agua en el Pantanal está disminuyendo. Esto afecta directamente a la vida de personas que dependen de la pesca y de la agricultura familiar de subsistencia, como las familias ribereñas”, explica Moreno.
De hecho, existe una relación intrínseca entre el Pantanal y El Cerrado. Este último sirve como “tanque de agua” para la región. “El Cerrado, como decimos, es nuestro tanque de agua. De aquí proviene toda el agua que baja al Pantanal”, dice el experto.
Es crucial conservar los manantiales y la vegetación en el Pantanal para mantener su salud. Las actividades humanas, como los monocultivos, también tienen un impacto directo en los manantiales y la calidad del agua en este ecosistema, según el especialista del IHP. Por ello, es fundamental convencer a los propietarios privados de terrenos cercanos a los ríos en el Planalto para que conserven estas áreas.
Además, es necesario proteger los ríos, que son considerados «corredores vivos» por el IHP, ya que la disminución en la cantidad de agua en el Pantanal ha llevado a una reducción de las zonas húmedas. Los incendios también representan una amenaza, y es crucial trabajar en iniciativas de reforestación y restauración de la vegetación degradada.
El Instituto Chico Mendes de Conservación de la Biodiversidad y otras instituciones están trabajando en acciones para proteger el Pantanal, como brigadas contra incendios forestales y proyectos de restauración de bosques inundados y ribereños. Sin embargo, se necesita un esfuerzo conjunto de diversos organismos competentes para conservar adecuadamente estos ecosistemas.
La Coalición Pontes Pantaneiras busca unir a diferentes sectores para promover la sostenibilidad en el Pantanal, fomentando el diálogo y la cooperación para construir un futuro sostenible para las comunidades ribereñas y el ecosistema que habitan esta región única. La coalición está implementando iniciativas centradas en acciones concretas, como la ganadería sostenible, que busca valorar las prácticas tradicionales de la región. Además, se están aplicando indicadores de sostenibilidad para granjas con una producción verdaderamente sostenible en Mato Grosso y Mato Grosso do Sul, con el apoyo del IPÊ.
En cuanto al Pantanal, se destaca su importancia como el humedal de agua dulce más grande del mundo, compartiendo biodiversidad en tres países. Se menciona que tiene pocas comunidades tradicionales en comparación con la Amazonía y que existen iniciativas ganaderas comunitarias poco conocidas que se están estudiando.
Se resalta la necesidad de entender el papel de las áreas protegidas en beneficio de la sociedad y la importancia del diálogo entre las comunidades locales y la gestión ambiental. Se enfatiza que el tema medioambiental es un punto colectivo en el que la sociedad debe converger, más allá de posturas políticas. En la parte trasera, se encuentran yucas y árboles frutales o plantaciones. Las comunidades se encargan de cuidar especialmente las plantas ornamentales, que a menudo tienen un gran valor estético y emocional», afirma Moreno.
«Sin embargo, la dinámica de ocupación en el Pantanal enfrenta desafíos, como el cambio climático y las actividades humanas que impactan directamente los ríos y la fauna», agrega el experto.
Para proteger el bosque de las amenazas y apoyar a las comunidades ribereñas, el IHP ha realizado varias acciones. Durante un período de grave sequía e incendios forestales, la organización hizo donaciones para ayudar a las comunidades que perdieron plantas esenciales.
Además de las donaciones, el IHP lleva a cabo acciones de restauración del paisaje. «Proporcionamos plántulas fructíferas a la comunidad. Muchas familias, muchas comunidades perdieron estas plantas [con las sequías y los incendios]», recuerda Moreno. Esta interacción con la gente de la zona es esencial para la recuperación de la flora local y la promoción de la seguridad alimentaria.
La degradación ambiental, como la disminución de la cantidad de agua en el Pantanal, es un problema preocupante. Esto afecta directamente la vida de las personas que dependen de la pesca y la agricultura familiar de subsistencia, como las familias ribereñas.
Existe una relación intrínseca entre el Pantanal y El Cerrado. El último sirve como «tanque de agua» para la región, por lo que es importante preservar los manantiales y la vegetación de esa zona para garantizar la salud del Pantanal.
Las actividades humanas, como los monocultivos, también afectan directamente a los manantiales y la calidad del agua en este ecosistema, según el especialista del IHP. Con el objetivo de asegurar el agua, el IHP busca convencer a los propietarios privados de terrenos cercanos a ríos en el Planalto para que conserven.
Moreno cree que es fundamental garantizar la protección de los ríos, a los que llama «corredores vivos». Según el IHP, la superficie seca en el Pantanal ha aumentado debido a la disminución de la cantidad de agua, lo que afecta a las zonas húmedas y a los habitantes de las riberas.
Los incendios han causado grandes daños en el Pantanal en los últimos años, destruyendo vastas áreas. Para combatir esta destrucción, Malheiros y su comunidad se movilizan en iniciativas de reforestación, sembrando nuevas plantas en zonas degradadas con especies locales.
El Instituto Chico Mendes de Conservación de la Biodiversidad trabaja en acciones relacionadas con las unidades de conservación federales en el Pantanal, con el objetivo de preservar la biodiversidad y los recursos naturales.
En conclusión, la conservación de los bosques y zonas ribereñas en el Pantanal requiere de acciones conjuntas de diferentes organismos competentes y la colaboración de la comunidad local. Tófoli asserts that the Pantanal is a highly heterogeneous environment, with a landscape that does not follow the pattern of riparian forests throughout its extension. According to the environmentalist, although there are some wooded areas near the rivers, most regions are open due to the regime of floods and droughts that prevent the growth of trees adapted to those water levels.
The riparian forests of the Pantanal are concentrated in higher areas, such as forested patches and mountain ranges that remain dry even during floods. Tófoli highlights that traditional communities in the region adapt to this reality. They often live in open areas where embankments have been created to protect homes from floods. The presence of trees in these areas is occasional.
She also shares that among the challenges of conservation in the Pantanal is the impact of the degradation of the Cerrado on water resources. As «almost all the springs that feed the Pantanal come from the Cerrado,» the greatest threat in this context comes from the degradation of the plateau, an extensive elevated area with flat or gently undulating surfaces covered by the typical vegetation of the biome.
The reduction of natural vegetation and soil disturbance in these regions directly affects the availability and quality of the water that reaches the Pantanal.
Reflecting on the fires, Tófoli mentions that «more than a million hectares were burned in the Pantanal,» which represents a major challenge for the region’s recovery. That is why she is convinced that the fight to preserve the Pantanal is a collective battle that involves all sectors of society and that through dialogue and cooperation, it is possible to build a sustainable future for riparian communities and the ecosystem they inhabit.
Preserving the ecosystems of the Pantanal is precisely the goal of the Pontes Pantaneiras Coalition: connecting people, culture, and biodiversity for sustainability in the Pantanal, promoting dialogues about solutions. The coalition includes initiatives focused on concrete actions, such as sustainable livestock farming, which seeks to value traditional practices in the region.
This alliance is now beginning to implement «some sustainability indicators for farms that have truly sustainable production, not just low impact,» reports Tófoli. These indicators are already being applied in Mato Grosso, and IPÊ is supporting their implementation in Mato Grosso do Sul.
The Pantanal, the manager points out, has few traditional communities compared to the Amazon. In addition, the existing conservation units are strictly protected areas, without indigenous residents within them. She also mentions that there are little-known community livestock initiatives, and Pontes Pantaneiras is seeking resources to study them better.
Tófoli points out that «there are still difficulties in understanding the role of protected areas for the benefit of society as a whole» and emphasizes the importance of dialogue between local communities and environmental management.
Finally, she assures that «the environmental issue is not left-wing, right-wing, progressive, or conservative; it is a collective point where society must converge.» Anderson Santana – Mongabay
The Pantanal is the largest freshwater wetland in the world and shares its extraordinary biodiversity richness in three countries: Brazil, Bolivia, and Paraguay. Located in the upper Paraguay River basin, this immense plain floods every year.
When it does, it fills the large water reservoirs scattered throughout the territory, which act as climate regulators and a source of life for the region. This wetland hosts a biome with unique characteristics on the planet.
In the Pantanal, three major ecosystems converge: cerrado, dry chiquitano forest, and the chaco, which sustain one of the highest concentrations of wildlife in Latin America. Maintaining the ecosystem services of the Pantanal is essential for the livelihoods of over 350,000 inhabitants in the region.
Why is it vital to protect the Pantanal? In the Brazilian Pantanal, the world’s largest wetland, riparian forests are true guardians of ecological balance. Located between the states of Mato Grosso and Mato Grosso do Sul, the native and lush vegetation that grows along the banks of the Pantanal rivers fulfills essential functions: it helps preserve the banks, combats erosion, regulates water quality, and provides shelter to a vast biodiversity, including endemic and endangered species.
It is also a refuge during floods and becomes essential for the feeding of animal species and the survival of various life forms during drought periods. Wilson Malheiros, born and raised in the Serra do Amolar region, 200 kilometers from the city of Corumbá, developed a deep connection with the Pantanal’s nature from an early age.
As a resident of the riverbanks, he realized that these areas are essential to maintaining the ecological balance of the region. Species like the tarumeiro, fig tree, howler monkeys, and roncador inhabit these forests.
Furthermore, «trees prevent the river from filling with sediments,» explains Malheiros, highlighting the vital role these forests play in protecting riverbanks from erosion.
For Malheiros, these forests are the true heart of the Pantanal. They keep the rivers clean and healthy. «Without riparian trees, sedimentation would be much higher, directly harming the life of fish and other animals that depend on the river,» he states.
Much More than a Wetland: When we say Pantanal, it is a mix of information. Occupation and riparian dynamics occurred differently than in other regions, such as the Amazon,» explains Wener Hugo Arruda Moreno, a biologist at the Instituto Homem Pantaneiro (IHP), founded in 2002 to preserve the Pantanal biome and local culture. El Pantanal está compuesto por once subregiones, según el experto. En este ecosistema, el 33.3% del territorio está formado por bosques en cadenas montañosas que rara vez se inundan. De esta cobertura vegetal, el 42% son formaciones de sabana y el 58% son formaciones forestales con árboles de mayor altura. El territorio forestal del Pantanal se concentra en la región de la Serra do Amolar, donde se encuentra el Parque Nacional Pantanal Matogrossense. El Pantanal alberga una de las faunas más ricas y diversas del planeta, con numerosas especies de peces, aves, mamíferos, reptiles y anfibios.
Las comunidades locales ribereñas juegan un papel importante en la preservación del Pantanal, realizando acciones para mitigar el impacto ambiental y complementando la vegetación con especies frutales y ornamentales. La relación entre las comunidades ribereñas y sus bosques se extiende a la vida cotidiana, con las comunidades cuidando y aprovechando las plantas nativas.
Sin embargo, el Pantanal enfrenta desafíos como el cambio climático y las actividades humanas que impactan los ríos y la fauna. El Instituto Homem Pantaneiro (IHP) ha llevado a cabo acciones para preservar el Pantanal y apoyar a las comunidades ribereñas, incluyendo donaciones durante sequías e incendios forestales y acciones de restauración del paisaje. La degradación ambiental, la disminución de agua en el Pantanal y las actividades humanas como los monocultivos son preocupaciones para la conservación del ecosistema.
Es fundamental proteger los ríos y las áreas de protección permanente para garantizar la salud del Pantanal. La disminución de agua en el Pantanal ha afectado a las comunidades ribereñas que dependen de la pesca y la agricultura. Los incendios han causado daños significativos en el Pantanal, lo que ha llevado a iniciativas de reforestación por parte de las comunidades locales. The trees along the riverbank are essential for keeping the Pantanal alive,» he emphasizes.
The river dweller sees the Pantanal as a place of resilience, where, despite difficulties and threats, people and nature continue to fight for their survival. «If every person living along the river helped preserve the forests, it would be very beneficial for everyone. The Pantanal depends on it,» he reflects.
The Chico Mendes Institute for Biodiversity Conservation (ICMBio), linked to the Ministry of the Environment (MMA), works on actions related to federal conservation units (UC). In Brazil, UCs are protected areas established by the government to preserve biodiversity and natural resources.
According to the Institute, the Pantanal Matogrossense National Park and the Taiamã Ecological Station have planning for fire protection and active and equipped firefighting brigades. The goal is to mitigate the effects of fires on vegetation in general.
In addition, a biodiversity monitoring program and vegetation restoration projects are underway at the Taiamã Ecological Station. According to the Institute, a flooded forest and riparian forest restoration project is also being developed in the Pantanal Matogrossense National Park.
Federal UCs in the Pantanal biome represent less than 1% of the total area of the biome. That is why ICMBio concludes that the effort to conserve these forests and riparian areas requires joint actions from other competent organizations.
Multi-sector consensus
Cristina Tófoli is the program manager for the NGO IPÊ-Instituto de Pesquisas Ecológicas, one of the institutions leading the Pantaneiras Bridges Coalition, which involves four institutions: IPÊ, Embrapa Pantanal (Brazilian Company of Agriculture Research), the Smithsonian Conservation Biology Institute, and University College London. Tófoli states that the Pantanal is a very heterogeneous environment, with a landscape that does not follow the pattern of riparian forests throughout its extent.
According to the environmentalist, although there are some forested areas near the rivers, most regions are open due to the flood and drought regime that prevents the growth of trees adapted to those water levels.
The riparian forests of the Pantanal are concentrated in higher areas, such as forested capons and mountain ranges that remain dry even during floods.
Tófoli emphasizes that traditional communities in the region adapt to this reality. They often live in open areas where embankments have been created to protect homes from floods. The presence of trees in these areas is occasional.
She also shares that among the challenges of conservation in the Pantanal is the impact of Cerrado degradation on water resources. Since «almost all springs that feed the Pantanal come from the Cerrado,» the greatest threat in this context comes from the degradation of the plateau, an extensive elevated area with flat or gently undulating surfaces covered by the typical vegetation of the biome.
The reduction of natural vegetation and soil alteration in these regions directly affect the availability and quality of water reaching the Pantanal.
When recalling the fires, Tófoli mentions that «over a million hectares were burned in the Pantanal,» which represents a major challenge for the region’s recovery. That is why she is convinced that the fight to preserve the Pantanal is a collective battle that involves all sectors of society and that through dialogue and cooperation, it is possible to build a sustainable future for riparian communities and the ecosystem they inhabit.
Preserving Pantanal ecosystems
That is precisely the goal of the Pantaneiras Bridges Coalition: connecting people, culture, and biodiversity for sustainability in the Pantanal, promoting dialogues about solutions. The coalition includes initiatives focused on concrete actions, such as sustainable livestock farming, which seeks to value traditional practices in the region.
Now this alliance is starting to implement «some sustainability indicators for farms that have truly sustainable production, not just low-impact,» Tófoli reports. These indicators are already being applied in Mato Grosso, and IPÊ is supporting their implementation in Mato Grosso do Sul.
The Pantanal, the manager points out, has few traditional communities compared to the Amazon. In addition, existing conservation units are strictly protected areas, with no indigenous residents within them. She also mentions that there are little-known community livestock initiatives, and Pantaneiras Bridges is seeking resources to study them further.
Tófoli points out that «there are still difficulties in understanding the role of protected areas for the benefit of society as a whole» and emphasizes the importance of dialogue between local communities and environmental management.
Finally, she assures that «the environmental issue is not left-wing, right-wing, progressive, or conservative; it is a collective point on which society must converge.» Anderson Santana – Mongabay. Please rewrite this sentence. Please rewrite this sentence.
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