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Feijóo y los 40.000 millones afectan a las pequeñas y medianas empresas.

Feijóo y los 40.000 millones afectan a las pequeñas y medianas empresas.

Feijóo y los 40.000 millones afectan a las pequeñas y medianas empresas.
Mala semana para las empresas españolas, especialmente las pymes. El empresariado español vio nacer una nueva propuesta que pretende intervenir en la organización interna de las empresas, pero esta vez, procedente de Partido Popular de Alberto Núñez Feijóoque introdujo un proyecto de ley de conciliación para los trabajadores que, en su intento de «endulzar» las propuestas del Gobierno de reducción de jornada, acabó introduciendo nuevos requisitos para las pequeñas y medianas empresas.
Un proyecto de ley de Feijóo que, en el hipotético caso de lograr Congreso de los Diputadosobligaría a las empresas a aplicar nuevos mecanismos de flexibilidad horaria con los empleados y un régimen de conciliación adicional. Medidas que tienen todas las grandes empresas pero las más pequeñas no están obligadas. Uno de ellos, tal y como publica por primera vez ECONOMÍA DIGITAL, es la creación de un «encargado de la conciliación» en los departamentos de Recursos Humanos para aquellas empresas de más de 50 empleados.
La realidad es que el 99,4% de las pymes en España no tienen más de 50 empleados porque, más allá de su capacidad de crecimiento, el Estado requiere una serie de tareas burocráticas y regulatorias. cuando la empresa contrata a su trabajador número 50incluyendo costes de auditoría, reserva de plazas para personas con discapacidad, planes de igualdad, representación legal de los empleados o comités de seguridad y salud. Las empresas de hasta 50 empleados son pequeñas y mantienen la categoría de PYME de hasta 250 empleados.
Las pymes en España han visto aumentar la presión fiscal tres puntos en los últimos años (2021-2023), por encima del 42% del PIB, suponiendo una presión fiscal de 43.000 millones según datos del Patronato Pymes. Cepyme. Desde 2018, las empresas han experimentado un aumento del 54% en el SMI; una inflación de 17 puntos acumulados; una reforma de las pensiones que condujo a mayores contribuciones sociales y recargos de solidaridad/sostenibilidad para hacer frente a los pagos de las pensiones, lo que provocó un aumento de 10 puntos porcentuales en los costos laborales; un colapso del volumen de negocios y de los beneficios y un aumento brutal del coste del crédito debido al aumento de los tipos de interés.
Ante esta realidad, La pyme española no se benefició de ningún apoyo del gobierno españollo que se ha convertido en una bandera económica en los últimos años con la necesidad de aumentar los impuestos corporativos por un lado, y de elevar los salarios y las condiciones de los trabajadores en general. Una política antiempresas natural en un gobierno de coalición de izquierdas.
No es tan natural que el principal partido de la oposición, el PP, hubiera entrado en el estado de ánimo del Gobierno y hubiera intentado contemporizar con medidas menos agresivas. En opinión de este diario, Núñez Feijóo comprar la historia de ciertas tesis posmarxistas que instaló Sumar donde, una vez abandonada la lucha por la producción, entraron en una historia en la que “el trabajo es malo por definición” y que la redención del trabajador vendrá de la eliminación o reducción máxima del trabajo, y no del control o producción de los medios. de producción.
Asimismo, en un escenario de dificultades en el negocio de las pymes, el PP no fue escuchado criticar el crecimiento excesivo de las pymes en los años de Yolanda Díazo los impuestos a bancos y empresas energéticas, que, lejos de rechazarlos categóricamente, optaron por transformarlos en otras figuras fiscales con la firma popular.
No está mal, por supuesto, que los partidos políticos propongan medidas para promover la conciliación entre sus trabajadores. Sin embargo, es devastador que ningún partido, no sólo el Gobierno, sino también dentro de la oposición, fijan como prioridad aliviar la situación fiscaladministrativo y laboral de las empresas, en un entorno donde el crecimiento económico bruto ciega la realidad concreta, no tan floreciente, de muchas empresas en España.

FUENTE

nuevaprensa.info

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