Limpiar los platos sucios del fregadero para evitar problemas

Limpiar los platos sucios del fregadero para evitar problemas

Aplazar el lavado de los platos, aunque los pongamos en remojo pensando que así ahorraremos tiempo y eliminaremos la suciedad, es más problemático que beneficioso.

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Todos tenemos que lidiar con platos sucios, especialmente si no tenemos lavavajillas. Algunas personas son más conscientes de que esto no es conveniente, mientras que otras suelen posponer la tarea, pensando que no pasa nada. Sin embargo, cualquier excusa que se nos ocurra para retrasar esta tarea del hogar, por trivial que parezca, no es recomendable.

Hay razones de peso por las que, si estamos en este segundo grupo, deberíamos dejar la pereza a un lado y pensar en acabar con las montañas de platos y ollas en el fregadero. Y no hablamos sólo de algo antiestético o de un motivo recurrente de discusiones entre convivientes.

Platos sucios, caldo de cultivo para las bacterias

Dejamos los platos en el fregadero porque normalmente no somos conscientes de las molestias que supone hacerlo. En realidad, lo que hacemos cuando no los lavamos inmediatamente es dejar una fuente de crecimiento de bacterias en la cocina, una invitación abierta a los gérmenes y una puerta a los olores desagradables.

Las bacterias, dadas las condiciones en las que se encuentran (humedad, tiempo y, en algunos casos, temperatura) pueden multiplicarse rápidamente y propagarse desde el fregadero a otras partes de la cocina.

Estos gérmenes pueden provenir de muchas fuentes. Si hemos cocinado con carne o marisco crudo puede haber bacterias como E. coli o Salmonella, por lo que es mejor lavar inmediatamente los platos potencialmente contaminados para evitar la propagación de estos patógenos.

No debemos olvidar que utilizamos el fregadero no sólo para lavar platos y otros utensilios, sino también para aclarar los productos o lavar los utensilios con los que cocinamos, lo que nos hace considerar que es uno de los lugares que más solemos olvidar cuando hablamos de seguridad alimentaria.

Estudios como este del Servicio de Inspección y Seguridad Alimentaria de Estados Unidos confirman que es una de las zonas más contaminadas. Según las investigaciones, incluso después de preparar una comida con salchichas crudas, huevos con cáscara y fruta fresca como el melón en rodajas, la superficie más contaminada después de la preparación es el fregadero. Las bacterias que podemos encontrar allí pueden contaminar otros alimentos, incluidos los que normalmente comemos crudos.

Dejarlos en remojo, una práctica arriesgada

Si además de dejar los platos en el fregadero, tenemos la costumbre de ponerlos en remojo antes de lavarlos, quizás deberíamos reconsiderarlo. Lo hacemos principalmente porque pensamos que será más fácil limpiarlos después o, a veces, simplemente por pura pereza. Sin embargo, en realidad no es una buena idea porque, aunque las bañeras puedan parecer limpias, en realidad están llenas de gérmenes y bacterias que pueden permanecer vivas durante horas.

El problema de esta práctica es que los organismos, incluidas bacterias, virus o parásitos, crecerán más rápido si los platos se ponen en remojo y pueden sobrevivir y multiplicarse en el agua acumulada si no la rellenamos periódicamente con agua fresca. Lo más probable es que la temperatura del agua esté por debajo de los 60°C, lo que vuelve a ser un entorno ideal para que crezcan los microorganismos. De hecho, ayudamos a estos seres vivos a desarrollarse y multiplicarse.

Cuanto más tiempo dejemos los platos sin lavar, más tiempo tendrán las bacterias para crecer en ellos, especialmente si los dejamos en agua caliente, lo que puede convertirse rápidamente en una sopa de bacterias. Debemos tener en cuenta que, en el fregadero, incluso una pequeña cantidad de bacterias pueden multiplicarse rápidamente porque es un ambiente húmedo y lleno de nutrientes procedentes de los residuos de alimentos. Lo mejor, por tanto, es evitar el desorden en el mismo.

Cómo lavar bien los platos en el fregadero (y cómo lavar el fregadero)

Si después de plantearnos dejar los platos sucios en el fregadero vamos a lavarlos, es importante hacerlo con agua caliente y detergente y frotar enérgicamente para eliminar los restos de comida que hayan podido quedar atrapados.

Para ello, también debemos prestar atención a los paños de lavado y cocina, asegurándonos de que estén realmente limpios para poder limpiar bien la vajilla. Las esponjas son un refugio ideal para bacterias y gérmenes. De hecho, existen varios estudios que confirman que las esponjas son uno de los lugares más sucios de la casa.

Como este publicado en Nature, que revela la densidad de bacterias microscópicas que residen en una esponja de cocina sucia, incluso si se lava con jabón o en el microondas, porque se ha demostrado que alberga varias bacterias llamadas Moraxella osloensis que, aunque común e inofensivo, puede causar infecciones en personas con sistemas inmunológicos comprometidos.

De nada sirve lavar bien los platos si luego los secamos con un paño sucio que se ha convertido en un reservorio de derrames y otros pequeños desastres en la cocina. Esto significa que estará lleno de suciedad y gérmenes. Para evitarlo, existen algunos trucos que podemos seguir para mantenerlos limpios y sin olores.

El trabajo no termina cuando retiramos el último plato u olla del fregadero. También debemos lavar esta zona, limpiarla y desinfectarla bien, porque cada vez que dejamos platos sucios en el fregadero, los restos de comida entran en contacto con el fondo o los costados y dejan restos de bacterias que podrían propagarse.

Por eso, es importante no sólo no dejar platos sucios en él, sino también desinfectarlo a fondo, la base y los laterales, periódicamente para minimizar el riesgo de este contagio. Esta limpieza no debe dejar de lado el grifo, ya que muchas veces lo tocamos con las manos, así como el desagüe y la goma del fregadero, que podemos limpiar con un cepillo de dientes viejo para evitar la formación de un biofilm, es decir, una capa de microorganismos.

Podemos utilizar agua tibia y jabón y, para la desinfección, aplicar un desinfectante y dejar secar al aire. Si limpiamos y desinfectamos bien, reducimos significativamente el riesgo de contaminación cruzada de alimentos y otros utensilios.

FUENTE

nuevaprensa.info

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