5 motivos para no seguir pintando las paredes de blanco
1. El blanco, un color neutro y sin personalidad
En decoración, el blanco suele clasificarse como un color neutro, lo que lo convierte en una elección segura, pero también un poco aburrida. El blanco no tiene carácter y puede hacer que un espacio parezca desinfectado o impersonal.
2. Brillo excesivo que puede resultar abrumador
El blanco es innegablemente brillante y por eso a menudo lo apreciamos. Sin embargo, esta luminosidad en ocasiones puede ser demasiado intensa, creando una atmósfera fría o estéril, sobre todo si hay abundante luz natural.