Uso de energía solar sin afectar la biodiversidad

Uso de energía solar sin afectar la biodiversidad

La energía solar fotovoltaica es conductible en cumplimiento de la biodiversidad: una revisión sistemática realizada por investigadores del Departamento de Ecología de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) revela la falta de estudios sobre el impacto de las centrales fotovoltaicas en la biodiversidad. Esta revisión, publicada en Cartas de Conservación, ayuda a comprender mejor estos efectos, así como a guiar futuros esfuerzos de investigación que prioricen las brechas de conocimiento.

La energía solar fotovoltaica se ha convertido en los últimos años en la energía renovable más popular y podría convertirse en la mayor fuente de energía para 2027, superando al gas natural y al carbón. Sin embargo, la información disponible sobre el impacto ambiental es limitada y dispersa.

Investigadores del Centro de Investigación en Biodiversidad y Cambio Global (CIBC-UAM), junto con compañeros del Centro de Ciencia y Tecnología Forestales de Cataluña (CTFC), todos miembros de la Cátedra Steppe Forward, realizaron una revisión sistemática de más de 2000 artículos científicos. Los resultados nos permitieron identificar los principales impactos de las plantas de energía fotovoltaica en los ecosistemas y organizaciones asociadas y propone futuras líneas de investigación para garantizar que la transición energética se produzca de forma sostenible.

La revisión, publicada recientemente en la revista Cartas de Conservación, concluye que aunque Asia y Europa encabezan la lista de regiones con mayor capacidad fotovoltaica instalada (59% y 22%, respectivamente), la mayor parte del conocimiento proviene de estudios americanos (48% de los estudios), especialmente desiertos (41%). Además, la mayoría de los estudios se centraron en la pérdida o alteración del hábitat (53%), mientras que otros impactos, como las consecuencias microclimáticas o las posibles agrovoltaico, apenas se han abordado. Finalmente, el 53% de los estudios se realizaron en una sola instalación fotovoltaica y las condiciones previas a la construcción rara vez se registraron (8%).

Implementación de la energía solar y sus efectos sobre la biodiversidad

La instalación de paneles solares afecta al medio ambiente y a la biodiversidad de formas muy diversas. En las zonas áridas, los paneles solares tienen un efecto directo sobre el microclima en las estaciones cálidas, generando nuevas zonas de sombra donde disminuyen la temperatura y las precipitaciones, pero también las pérdidas de agua, aumentando así la humedad del suelo. También pueden cambiar la composición química y física del sustrato, pero se necesita más investigación para comprender los mecanismos que explican estos cambios.

Por otro lado, las instalaciones fotovoltaicas producen alteración y pérdida de hábitat a dos escalas espaciales. A escala de paisaje, representan una barrera física que interrumpe los movimientos de los animales, lo que potencialmente desencadena cambios en su comportamiento y en sus poblaciones.

A menor escala, como ya se ha mencionado, los paneles fotovoltaicos crean nuevos gradientes de sombra y humedad, afectando en última instancia a la comunidad vegetal y alterando el hábitat de otros grupos de animales como aves y artrópodos, con consecuencias en sus patrones de uso del espacio.

Finalmente, la revisión considera el impacto de la colisión con plantas fotovoltaicas que se ha observado en organismos acuáticos (principalmente artrópodos) que pueden confundirlos con cuerpos de agua, convirtiéndolos en trampas ecológicas, un fenómeno conocido como «efecto lacado’.

Recomendaciones para la implementación de la energía solar en el futuro

Se debe priorizar la prevención de impactos a la hora de instalar estos paneles fotovoltaicos, empezando por una adecuada planificación del uso del suelo. También se necesitan más esfuerzos de investigación para comprender los mecanismos que explican los impactos observados con el fin de diseñar medidas de mitigación efectivas.

Además, los autores destacan la necesidad de diversificar los contextos ambientales y componentes de los ecosistemas estudiados, para evitar sesgos en la información disponible. Asimismo, se deben utilizar diseños metodológicos robustos (diseño conocido como BACI, Antes-Después-Control-Impacto) y protocolos estandarizados que permitan comparar la información obtenida.

Finalmente, se necesitan más esfuerzos para evaluar el impacto ambiental acumulativo para evitar que la instalación de pequeños campos de forma dispersa genere un impacto mayor que las grandes instalaciones aisladas.

El llamado urgente a combatir el cambio climático hace inevitable el avance de la energía fotovoltaica. En todo caso, este desarrollo debe ir acompañado de una buena planificación y gestión adaptativa, asegurando que cada nueva instalación cuente con un seguimiento exhaustivo que contribuya a la adquisición de nuevos conocimientos aplicables en futuras instalaciones. Esto garantizará que la transición energética no ponga en peligro nuestros ecosistemas y nuestra biodiversidad.

Referencia bibliográfica:

Gómez-Catasús, J., Morales, MB, Giralt, D., del Portillo, DG, Manzano-Rubio, R., Solé-Bujalance, L., Sardà-Palomera, F., Traba, J., & Bota, G. (2024). Desarrollo de la energía solar fotovoltaica y conservación de la biodiversidad: lagunas actuales en el conocimiento y la investigación. Cartas de conservación, e13025. doi:10.1111/conl.13025

FUENTE

nuevaprensa.info

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