Toyota, en cierta medida, ofrece automóviles de hidrógeno.

A pesar de los beneficios obvios de los automóviles eléctricos, Toyota ha pasado la última década insistiendo en que eventualmente el hidrógeno será la opción ganadora. Sin embargo, con el anuncio de su sistema de celdas de combustible de tercera generación, parece que la empresa está lista para admitir tácitamente la derrota: la nueva celda está específicamente diseñada para aplicaciones industriales, donde el hidrógeno tiene un claro sentido de utilidad.

La nueva celda ha sido creada para satisfacer las «necesidades particulares del sector comercial», centrándose en la durabilidad con un motor diésel. Es mucho más eficiente en cuanto al combustible, más económico de producir y con el doble de potencia, todo manteniendo la misma huella digital que el modelo de segunda generación. Dado el enfoque de Toyota en la reducción de la tecnología del motor, este aspecto no ha sido un factor determinante en este caso, según indican desde la empresa.

Aunque Toyota nunca ha logrado presentar un argumento económico o tecnológico convincente para que los automóviles de hidrógeno sean una opción superior a la electricidad (el Mirai, el vehículo eléctrico de pila de combustible de Toyota, solo ha logrado vender 28,000 unidades desde su lanzamiento en 2014), para vehículos pesados, donde el peso y la potencia de la batería son preocupaciones fundamentales, las desventajas del hidrógeno se convierten en activos. Los camiones, vehículos de construcción, trenes, barcos y generadores de reserva, al no depender de una infraestructura de hidrógeno desarrollada, son lugares ideales para la implementación de celdas de combustible.

Este artículo se publicó originalmente en Engadget en. 

FUENTE

nuevaprensa.info

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