Se han abierto al tráfico dos nuevos tramos en el Desfiladero de la Hermida

Se han abierto al tráfico dos nuevos tramos en el Desfiladero de la Hermida

El Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible ha abierto al tráfico dos nuevos tramos condicionados de la carretera N-621 en el Desfiladero de la Hermida, entre Cantabria y Asturias, como parte de los trabajos de mejora de la plataforma y el tratamiento ambiental de esta vía.

El tramo inaugurado el martes tiene una longitud aproximada de 900 metros y se ubica entre los kilómetros 159.100 y 160 de esta vía. Además, el próximo miércoles está prevista la inauguración de un nuevo tramo de 400 metros entre los kilómetros 162.400 y 162.800. Ambos están situados en Cantabria.

Según informa el Ministerio, en una nota de prensa, de acuerdo con el plan de trabajo establecido, en las próximas semanas se abrirán al tráfico más de 1,9 kilómetros distribuidos en los tramos situados entre los kilómetros 161.700 y 162.400, en Cantabria, y entre los kilómetros 169.750 y 171, en Asturias.

Con ello, la longitud total de los tramos ya acondicionados y en funcionamiento ascenderá a 5,15 kilómetros, sumando los que se pusieron en funcionamiento a finales de 2023. En total, estas actuaciones actúan sobre 17,2 kilómetros fuera del camino.

A lo anterior se suman los 2,6 kilómetros ya acondicionados como parte de otras obras de conservación y rectificación de curvas realizadas entre 2018 y 2020, en las que se invirtieron otros 7,65 millones de euros.

El objetivo de la obra, que se inició en 2022 y cuenta con un presupuesto de construcción de 73,4 millones de euros (IVA incluido), es conseguir una conducción segura, responsable y ecológica sin aumentar la velocidad del tráfico.

Para ello se trabaja en la rectificación de la disposición de varias curvas, la ampliación del andén hasta que tenga al menos ocho metros de ancho, con dos carriles de tres metros y dos arcenes de un metro cada uno, además de otras mejoras de elementos viarios como drenajes, señalización, balizamientos y sistemas de aislamiento.

Así, además de mejorar la seguridad y conseguir un diseño paisajístico legible y coherente, las actuaciones pretenden facilitar el uso de la vía a ciclistas y peatones, adecuar los miradores y zonas de parada existentes y habilitar las zonas de aparcamiento.

El desfiladero de La Hermida, excavado por el río Deva en dirección norte-sur, alberga una riqueza medioambiental y paisajística única, destacando sus valores geomorfológicos y el relieve como elementos más significativos del paisaje.

Teniendo en cuenta las especiales características del entorno natural en el que se desarrolla la obra, en fase de proyecto se realizó un exhaustivo análisis para identificar en cada tramo la solución más adecuada para mejorar la funcionalidad de la infraestructura, respetando y protegiendo la riqueza del medio ambiente.

El resultado de este proceso es una delicada ingeniería con marcado carácter artesanal, que utiliza diferentes soluciones adaptadas a cada tramo para conseguir el ancho de vía deseado.

En las situaciones más favorables, la solución pasa por preparar e higienizar el terreno, para poder instalar la capa de pavimento. Sin embargo, cuando esta alternativa no es viable, se opta por la construcción de muros o diques de hormigón, eligiendo la opción más adecuada según las características específicas del talud existente.

Y en los escenarios más desfavorables, la solución pasa por la instalación de voladizos, que son estructuras de hormigón ancladas por vigas y colocadas sobre micropilotes.

FUENTE

nuevaprensa.info

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