El presidente del Parlament, Josep Rull, ha advertido que defenderá que la institución es «inviolable» ante una posible detención en el hemiciclo catalán del expresidente de la Generalitat y candidato de Junts, Carles Puigdemont.
«Yo defendería los derechos de los diputados y el Parlamento debe ser inviolable», afirmó en una entrevista publicada el domingo en «Diari Ara» y recogida por Europa Press, tras ser preguntado si impediría la entrada de la policía a la Cámara. posiblemente arrestar a Puigdemont si el Tribunal Supremo no retira las medidas cautelares.
«El Parlamento debe ser el templo del respeto democrático y de la expresión democrática del pueblo de Cataluña. Y por tanto, los diputados del Parlamento deben ser intocables», ha argumentado.
Rull también ha defendido que Puigdemont debe regresar con, literalmente, la mayor solemnidad posible porque «mantuvo en el exilio la dignidad de la institución de la presidencia».
Paralelamente, admitió que no se sentía «cómodo» de realizar un acto equivalente porque era, a su juicio, una decisión anormal, y confía en que se produzca una investidura antes del 26 de agosto, fecha límite para evitar una elección. repetición.
Sobre una posible lista conjunta de Junts con ERC, Rull indicó que esa decisión corresponde a la dirección del partido, pero considera que el independentismo sale «victorioso» cuando, literalmente, son capaces de articular instrumentos de expresión muy mayoritarios.
Por ello, aseguró que es necesario volver a sentarse y llegar a un acuerdo con los republicanos: «Llevamos mochilas muy pesadas y sería favorable a dejarlas a un lado».
En este sentido, aconsejó «relativizar» el pasado para que no sea un condicionante en términos de parálisis, tras ser preguntado si ese acercamiento entre ambas formaciones se puede hacer con los mismos interlocutores.
Respecto a las dietas de los diputados, Rull aseguró que se está trabajando para cambiar la estructura salarial: «Será una de las grandes decisiones que tomaremos».
Describió la búsqueda de un nuevo enfoque que permitiera que la Cámara se adaptara «a las demandas de los ciudadanos» para, literalmente, hacerla mucho más clara y tangible desde la perspectiva de los viajes.