Razones para proteger el medio ambiente: 3 factores clave a revertir
Todos nos hemos preguntado: ¿Por qué debemos proteger el ambiente? Y la respuesta es: porque nuestras vidas dependen de ello. Básicamente, desde los albores de la revolución industrial, los seres humanos se han estado comportando como si hubiera infinitos lugares a donde migrar si la Tierra ya no estuviera habitada. No se dieron cuenta de las consecuencias de sus actos a medio y largo plazo. Hasta que, en las últimas décadas del siglo XX, empezaron a ser conscientes del desastre provocado.
Los humanos eran los seres más egoístas, de todos los que comparten este abundante hábitat llamado planeta Tierra. Sólo pensaban en sus beneficios y en su carrera por superar sus propios límites de ambición. Atrás quedaron zonas devastadas, miles de especies extintas y daños medioambientales que son casi irreparables.
Contaminación del agua y del aire, calentamiento global, lluvia ácida, deforestación. Grandes incendios forestales o smog son solo algunos de los problemas ambientales que enfrenta el mundo hoy en día. Es responsabilidad de todos proteger el ambiente. Para hacer del planeta un buen lugar para vivir nuevamente nosotros y las generaciones venideras.
Ecosistemas en riesgo
Un ecosistema consiste en un conjunto indefinido de seres vivos y el hábitat que comparten, es decir ambiente en el que vivimos. La Tierra es un compendio de ecosistemas coexistentes y que a su vez constituyen ecosistemas más grandes. Un árbol puede ser un ecosistema y al mismo tiempo puede ser parte de uno más grande que es el bosque.
Los ecosistemas que lo componen. El ambiente está profundamente conectado y relacionado entre sí. Por este motivo, es de vital importancia que se mantenga el frágil equilibrio de cada persona y, por tanto, el equilibrio global. De lo contrario, los seres humanos acabaremos desapareciendo. De la misma manera ya se han destruido innumerables especies.
¿Por qué deberíamos proteger el medio ambiente?
Contaminación mortal
La contaminación ambiental es el conjunto de contaminación de diferentes tipos de ambientes. Se trata del agua, el aire o el suelo. Cada uno es nocivo en sí mismo y en su campo de acción. Pero juntos suponen una gran amenaza para la vida de todos los seres que habitan el planeta.
Los seres humanos padecemos muchas enfermedades causadas directamente (cánceres, intoxicaciones, accidentes cerebrovasculares y muchos otros) o indirectamente (por agravación de lesiones preexistentes, por ejemplo) por la contaminación del aire que respiramos, las fuentes de agua utilizadas para el consumo directo y los productos que cultivamos en terrenos contaminados.
Todos los animales, en mayor o menor medida, sufren la contaminación. Desde los diminutos camarones que mueren al alimentarse de microplásticos, hasta toda la vida marina que sufre y muere a causa de nuestra basura, hasta los insectos que se desorientan por la contaminación o mueren por los pesticidas, y todos los animales que pierden su hábitat por la codicia de las personas, que los convierten en tierras de cultivo o pastoreo.
La biodiversidad forestal está llegando a su fin
Los bosques proporcionan una gran cantidad de materias primas. Que luego se utilizan en la producción de diversos productos de consumo: alimentos, corcho, caucho, madera, medicinas y aceites esenciales. La gestión forestal sostenible y responsable se traduce en la disponibilidad garantizada y a largo plazo de estos recursos naturales.
Demasiada lluvia o demasiada sequía
Uno de los problemas más importantes que enfrenta el mundo es el calentamiento global y su impacto en la cantidad de precipitación y los lugares donde cae. Por un lado, existe un grave riesgo de desertificación en muchas zonas: en España, Almería y Murcia son buenos ejemplos de ello. Y la mala gestión del agua es uno de los principales factores para que esto suceda.
Por otro lado, en lugares donde las precipitaciones suelen ser de moderadas a intensas, estos cambios en los patrones climáticos y alteración del equilibrio ambiental. La consecuencia es que el nivel de precipitaciones aumenta y provoca inundaciones, inundaciones e incluso deslizamientos de tierra.