¿Por qué deberías colocarlos sobre tus cabezas?

El cultivo del tomate es uno de los más populares en Francia y en el mundo. Esta fruta, que no debe confundirse con una verdura, es la base de muchas preparaciones culinarias y se puede cultivar de muchas maneras. Pero el más óptimo no es necesariamente el que piensas.
¿Quieres empezar a cultivar tomates? Producto estrella de nuestras cocinas, esta deliciosa fruta se puede cultivar de tres formas diferentes: en campo abierto, en un frasco, campo de caballos. Si los dos primeros requieren de raíces en la tierra y del trabajo necesario de la tierra para desarrollarse, el tercero es famoso por maximizar la producción, especialmente en invernaderos. Como resultado, el crecimiento del tomate se ve menos afectado por los riesgos climáticos y la volatilidad del aire circundante. Aunque este tipo de cultivo requiere un refugio sólido y un cuidadoso mantenimiento para que el tomate sea viable, sus ventajas son numerosas.
Cultivar tomates en la superficie, por ejemplo usando una canasta colgante, tiene la ventaja de proporcionar una mejor circulación del aire, lo que ayuda a reducir el riesgo de enfermedades como el mildiú, el oídio y la botritis. La naturaleza particular de esta cultura proporciona la posibilidad de mover la planta según sus necesidades, especialmente cuando requiere la máxima exposición al sol.
De la misma manera, colgar tomates en una canasta es una excelente repelente de plagas, especialmente aquellos que hibernan en el suelo del jardín. No hay riesgo de acabar con malas hierbas o verduras que definitivamente no deberían plantarse junto a los tomates en la parte trasera. La guinda del pastel: montar una cesta de tomates que están esperando a caer en tus manos para disfrutarlos tiene cierto atractivo estético.
Para crear el recipiente más bonito posible para sus tomates colgantes, le recomendamos que haga esto: Opte por una cesta de mimbre, idealmente con asa para colgar. Si esto no es posible, ata un trozo de alambre encima para usarlo como percha. Asegúrese de utilizar una buena tierra para macetas para proteger la planta y retener la humedad. Los minerales naturales como la perlita o la vermiculita serán suficientes. Si utilizas una cesta de metal, es necesario cubrirla con hojas de coco. Es recomendable elegir un recipiente de color claro, ya que los colores más oscuros calentarán demasiado las raíces de las plantas de tomate.
Una solución aún más original: puedes configurar un cesta volcada, donde los tomates crecen al revés. Esto se puede hacer con un balde con un agujero en el fondo. El agujero resultante debe ser lo suficientemente grande para que entre la planta. Empuje con cuidado el follaje a través del agujero y llénelo con tierra para macetas alrededor de las raíces restantes en el balde. Una mezcla equilibrada de tierra para macetas y compost estimulará el crecimiento de tus tomates.
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