Pensionistas de varias CCAA exigen beneficios «decentes» en Santander.

Alrededor de 80 pensionistas, varios llegados de otras comunidades autónomas, se reunieron el miércoles en Santander para exigir pensiones «dignas» que alcancen al menos el salario mínimo interprofesional (SMI) en el caso de las pensiones mínimas. También solicitaron servicios públicos «de calidad» y rechazaron la guerra y la reprivatización.
Estas demandas fueron expresadas por representantes de diversas plataformas de pensionistas que se unieron para la concentración en el Ayuntamiento de la capital cántabra, como parte de la reunión estatal III que tuvo lugar en Isla (Arnuero) los miércoles y jueves, promovida por el grupo de colaboración The Voice of Platforms y organizada por el Coordinador Cántabro.
En la protesta participaron representantes de plataformas de jubilados de Cantabria, Asturias, Galicia, León, Burgos, Cataluña y Madrid.
Durante sus intervenciones, muchos criticaron al gobierno central (PSOE-UP), calificando a este ejecutivo de «llamarse de izquierdas pero llevar a cabo políticas correctas» y cuestionaron propuestas como los «mini-jobs» que permiten a los pensionistas compatibilizar su pensión con un trabajo.
También se criticó a los sindicatos UGT y CCOO, acusándolos de ser parte del problema de los pensionistas al apoyar la reforma de 2010, aprobada durante el gobierno de Zapatero.
Además, se pidió continuar la lucha en 2018, ya que «esto no ha terminado» y el panorama es cada vez más oscuro. Se solicitó una auditoría sobre la viabilidad del sistema de pensiones públicas, argumentando que no tiene déficit y es sostenible.
Se enfatizó la importancia de confiar en el sistema de pensiones públicas y se instó a la unidad de los pensionistas, señalando la necesidad de reagruparse para tener más fuerza y ser interlocutores válidos en la defensa de sus derechos.
Varias intervenciones fueron realizadas por mujeres que denunciaron la brecha de género en las pensiones, destacando que las mujeres perciben la mayoría de las pensiones mínimas debido a la distribución desigual de responsabilidades entre trabajo, hogar y cuidado de los niños.
Por otro lado, se expresó el rechazo a la guerra y a los recortes en servicios públicos, advirtiendo sobre los posibles impactos en el estado del bienestar.
Además, se mostró solidaridad con Palestina y Argentina, donde se lucha por pensiones dignas contra un gobierno que, según los manifestantes, reprime con violencia.
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