Un día organizado hoy, en el Centro de la Fundación Caja Rioja en Gran Vía, pone sobre la mesa la necesidad de que las personas con discapacidades participen en la elaboración de las regulaciones, de modo que el uso de inteligencia artificial es inclusiva.
Carlos Granado, investigador de la Universidad de Carlos III y participante en las comunidades de práctica para estimular la igualdad en el entorno digital (COPID), que determina la igualdad en el entorno digital.
«El grupo de personas con discapacidad», dijo en declaraciones a los medios de comunicación, «debe ser, necesita Participando no solo como sujetos pasivos, sino como agentes activos. «
De esta manera, explicó, pueden proporcionar «su enfoque», para que el desarrollo de políticas de implementación de inteligencia artificial tenga «la posibilidad de lo que el colectivo de personas con discapacidades vivirá todos los días».
«Pueden contribuir a esta visión para obtener regulaciones más inclusivas», dijo, enfatizando que «La IA es un instrumento y genera no solo riesgos sino también beneficios».
Informó cómo hay sistemas de inteligencia artificial que pueden traducir información o lenguaje de señas a la voz, para que «ayuden a la información más accesible para ellos».
El presidente Cermi, Manuela Muro, celebró la importancia de celebrar este día para «trabajar juntos» con la administración pública en el desarrollo de políticas.
Por lo tanto, a veces decía «las cosas están hechas de administración, con todo interés», pero Se enriquecen si tienen «contribuciones».
En este sentido, el Director General de la Sociedad Digital en el Gobierno de Rioja, Francisco Javier Ridruejo, explicó cómo, del gobierno a Rioja, se diseña una estrategia de digitalización.
Dentro de él, dijo, queremos «tener entidades como Cermi, para que estas tecnologías se apliquen de una manera que no deja atrás».
Desea, dijo, convertir la administración «en proactivo, a lo que se puede acceder con un lenguaje natural, puede solicitar un sistema automático y ese diálogo con usted».
Hoy, reconoció, existe una barrera tecnológica para las personas que tienen dificultades especiales o que no tienen conocimiento tecnológico.
«Todo esto, con una voz basada en la voz, puede ser un diálogo y puede ayudarlo a hacer todo el proceso sin tener conocimiento tecnológico, no solo para grupos como Cerms, sino también para grupos de personas que tienen barreras», dijo. Reconoció que este sistema de voz «llevará mucho tiempo».