Nuevos pandas rojos llegan al Zoo de Barcelona
Más adelante en el Zoológico de Barcelona, la polémica está servida: ya son 19 personas que murieron en sus instalaciones desde el primer aviso de «preservación». El parque trasladó otros ejemplares a diversos zoológicos europeos con una tasa de mortalidad muy alta. La Fundación Franz Weber exige el cumplimiento de la Ordenanza Municipal y dejar de comerciar con animales salvajes.
Un informe elaborado por Tom Sciolla, asesor científico y experto en la Fundación Franz Weber, cuestionó el supuesto impacto positivo de la llegada de Diki, una hembra de panda rojo, al Zoo de Barcelona, teniendo en cuenta las particularidades de la especie y los antecedentes de esta instalación.
El Zoológico de Barcelona anunció la llegada de este nuevo animal como un evento sin poner el mismo énfasis en la muerte de 19 pandas rojos desde que se anunció la primera participación de la especie en programas de conservación. Además, otros 14 individuos fueron trasladados a zoológicos europeos, donde también murieron, incluso a edades muy tempranas.
La Fundación Franz Weber señala que estas situaciones rara vez se hacen públicas, lo que contribuye a generar una imagen distorsionada del Zoológico de Barcelona en los ciudadanos, que con el tiempo desconocen los detalles sobre los animales cautivos allí.
En aras de la transparencia, el Zoológico de Barcelona debe explicar, en su sitio web y en los paneles informativos de las unidades, la experiencia del programa de conservación específico: número de animales alojados, los animales llegaron gracias a intercambios con otros parques, sus muertes, causas y edades, y el porcentaje de reintroducción. Sin volver al entorno natural, estos planes no tienen un impacto real en la naturaleza.
Estrés conductual y malestar psicológico
Así, el informe destaca los problemas del cautiverio de pandas rojos, una especie nativa de los bosques donde el bambú fresco es su principal fuente de nutrientes y con climas que no alcanzan las temperaturas cálidas de la ciudad de Barcelona; Se trata de varios factores de estrés que afectan directamente a su bienestar: muestran signos de malestar conductual, como paseos repetitivos, letargo y comportamientos estereotipados, que indican malestar psicológico.
La advertencia del documento continúa señalando que el cautiverio causa obesidad, enfermedades dentales y un sistema inmunológico debilitado. Las condiciones climáticas en zoológicos como el de Barcelona, mucho más cálidas que en su hábitat natural, pueden agravar estos problemas.
Los naturalistas creen que el Ayuntamiento de Barcelona, como organismo promotor del zoológico, debía cumplir con la Ordenanza Municipal aprobada en 2019, la cual se basó en la necesaria transformación de las instalaciones, una política centrada en la fauna autóctona y el cese de intercambios sin proyección real sobre la conservación de la biodiversidad.