Neurólogo Coppola habla sobre la transición a la edad adulta.

(Adnkronos) – La transición de la edad pediátrica a la edad adulta de los pacientes con síndrome de Lennox-Gastaut (Lgs) es un paso que definimos como «transicional» y que implica la transición de la atención en un entorno pediátrico a un entorno adulto de pacientes muy complejos. Se necesitan rutas institucionalizadas en las que la transición siga un camino que comience en la adolescencia, alrededor de los 14-15 años, con visitas a la clínica en presencia del neuropsiquiatra infantil, el neurólogo y otras figuras profesionales como psiquiatra, fisiatra, trabajador social y psicólogo. Este equipo acompaña al paciente en la transición al entorno adulto.
Lo afirmó la neuróloga Antonietta Coppola, coordinadora del Centro de Epilepsia del Departamento de Ciencias Neuroestomatológicas, Reproductivas y Odontostomatológicas del Aou Federico II de Nápoles, con motivo del anuncio de prensa en Milán por la Ucb, de la Ola Verde de la Agencia Italiana de Medicamentos (Aifa) para reembolsar la fenfluramina para el tratamiento de Lgs, una encefalopatía epiléptica y del desarrollo grave que se presenta en la infancia y afecta aproximadamente a un millón de personas en todo el mundo.
La transición a la edad adulta para estas personas no es nada sencilla, sobre todo porque no existen caminos estructurados que permitan esta transición salvo en situaciones anecdóticas o en centros de referencia. La transición se hace aún más difícil por el hecho de que, mientras en la edad pediátrica existe la figura del neuropsiquiatra infantil, en la edad adulta está el neurólogo que tiene formación para tratar crisis epilépticas, discapacidades cognitivas, rehabilitación, pero cuando los problemas de conducta son importantes, necesita un colega psiquiatra que le apoye.
Desgraciadamente, no existe ninguna red que en el mismo entorno pueda ofrecer al psiquiatra, al fisiatra, al nutricionista. La posibilidad de construir la red queda en manos del propio neurólogo, quien, tal vez con conocimientos personales, pero también con una fuerza de voluntad considerable, es capaz de construir una red de colegas profesionales que atienden al paciente con un enfoque holístico que ve 360 grados lo que es un síndrome que, como dice la palabra, «es un conjunto de muchos síntomas que absolutamente debemos tener en cuenta todo», concluye. —[email protected] (Información web)