Moncloa llega a la mitad de la campaña convencida de que superará al PP en las elecciones europeas: «Estamos regresando»
El ala socialista del Gobierno se muestra optimista sobre el rumbo de la campaña electoral para las elecciones europeas del 9 de junio, que ya ha llegado a su ecuador, y están convencidos de que en las últimas semanas han experimentado una tendencia alcista que les lleva a pensar en una victoria que hasta hace poco parecía lejana.
«Estamos remontando», afirman fuentes de Moncloa, convencidas de que pueden ser la primera fuerza política y superar al Partido Popular, que lidera las encuestas desde hace meses. El mensaje se ha instalado tanto en el Gobierno como en la dirección del PSOE, que ya se ha comprometido a poner de su parte en el último tramo de campaña y a completar una remontada que dé oxígeno al Ejecutivo y deje al líder del partido afectado por la oposición, Alberto Núñez Feijóo.
Quienes rodean al presidente están contentos con el rumbo que ha tomado la campaña hasta ahora y creen que han podido fijar la agenda y hablar sobre los temas que les interesan. En la semana previa a la votación, Sánchez duplicará su presencia en los mítines para reforzar los mensajes y apoyar a la líder de la lista, Teresa Ribera.
El principal obstáculo con el que se han topado, la noticia de que la esposa del presidente, Begoña Gómez, está oficialmente «bajo investigación» por un supuesto caso de corrupción, esperan que sea insuficiente para revertir esta tendencia, según otras altas fuentes del Gobierno.
Estas sensaciones positivas se basan en el personal que dirige en La Moncloa y en la dirección del partido y se han trasladado en palabras de Sánchez, que ya ha empezado a hablar abiertamente de «remontada».
Insinuó la reunión de escrutinio del Gobierno del miércoles, donde Feijóo espetó que «La Moncloa está investigada por corrupción», y le acusó de saber que su mujer estaba oficialmente investigada antes de enviar su carta a la ciudadanía en la que anunciaba que dentro de unos días reflexionar sobre su continuidad al frente del Gobierno.
Sánchez respondió acusándole de seguir «volando en el barro» y se mostró convencido de que los «populares» volverían a «perder las elecciones», según le dijo a Feijóo. Al día siguiente, en un acto de campaña en Vizcaya, fue más preciso y vaticinó que los socialistas quedarían en primer lugar el 9 de junio. «Veo que hay remontada, veo que ganaremos las elecciones y que el PSOE será la primera fuerza», afirmó.
En la misma línea, distintas fuentes de Moncloa y Ferraz afirman que los seguimientos que llevan a cabo son muy positivos y reflejan una tendencia clara: los socialistas suben y los «populares» bajan, por lo que la diferencia entre ambos es cada vez más pequeña.
El PSOE presentó las elecciones europeas como un «plebiscito» para Feijóo y su dirección del PP, que siguen liderando todas las encuestas salvo el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), que es el único que sitúa al PSOE a la cabeza con una amplia diferencia.
Creen que si Feijóo no logra ganar le resultará muy difícil seguir al frente del PP porque sus propios compañeros de partido no le permitirán un resultado desfavorable después de que no logró sacar lo suficiente para gobernar a pesar de ser la fuerza más votada.
Además, los socialistas han propuesto una campaña en la que uno de los mensajes principales es la advertencia del previsible ascenso de fuerzas de extrema derecha que, en su opinión, ponen en peligro los valores y el proyecto europeos.
Los acontecimientos de las últimas semanas han ayudado a transmitir este mensaje, especialmente el conflicto con el presidente de Argentina, Javier Milei -por llamar «corrupta» a Begoña Gómez-, que Pedro Sánchez sitúa en la «extrema derecha internacional» en la que también ubica a Vox.
Al conflicto diplomático con Argentina le siguió otro con Israel después de que esta semana, en plena campaña electoral, el Consejo de Ministros formalizara el reconocimiento de Palestina como Estado. El Gobierno cree que es una postura compartida por su electorado y gran parte de la sociedad española y también lo ha expresado en sus discursos.
Otro tema que se ha colado en la campaña es la Ley de Amnistía, finalmente aprobada en el Congreso este jueves, en un tenso pleno en el que algunos diputados de la oposición acusaron a miembros del Gobierno de «traidores» y «corruptos».
Fuentes del Ejecutivo, sin embargo, creen que este problema ya está «depreciado» y no provoca desgaste electoral. Además, tras las elecciones autonómicas en Cataluña del 12 de mayo, creen que la sociedad catalana ha apoyado ampliamente la medida y decidió tomar la iniciativa y defender la amnistía en mítines por toda España, incluso en territorios donde el rechazo a la amnistía es mucho más viejo.
En el Gobierno creen que es un problema superado y que el debate interno ya ha pasado, pero podría volver a surgir ahora que el presidente de Castilla La Mancha, Emiliano García Page, principal voz crítica dentro del PSOE, inició los procedimientos de impugnación de la Ley de Amnistía ante el Tribunal Constitucional, como harán los presidentes autonómicos del PP.
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