Más de 4.000 personas honran a los mineros de Villablino en el cielo

Más de 4,000 habitantes de Villablino (León) dispararon a los cuatro mineros de este municipio en el Valle de Laciana que perdió la vida en el trágico accidente en la operación minera (Asturias) el lunes pasado.
Una ola de cientos de amigos, vecinos y colegas querían envolver a las familias de Jorge Carro, Rubén Souto, Amadeo Bernabé y Radio, los cuatro trabajadores en Lacianiegos que perdieron la vida en el accidente.
El obispo de la Diócesis de León, el monseñor Luis Ángel de Las Heras, presupuesto en el que el Ministro de Transición Ecológica y el desafío demográfico, Sara Agsen estaba presente; Presidente Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco; y el Presidente del Principado de Asturias, Adrán Barbón.
Delegado del Gobierno de Castilla y León, Nicanor Sen; Delegado del Gobierno de Asturias, Adriana Lastra; El alcalde de Villablino, Mario Rivas; y el presidente Diputacia de León, Gerardo Álvarez Coul.
En su homilía, el obispo trató de consolar a sus familias con su dolor, que se extendió a la «familia minera». En la misma línea, tenía un recuerdo para los cuatro compañeros heridos, que todavía son admitidos en hospitales en León y Asturias.
Por Las Heras instó a los presentes a «acompañar» mutuamente «a enfrentar» con esperanza «algunos hechos conocidos como» tragedia «y lamentó que la mina llamara» demasiado pronto «a los cuatro fallecidos.
Después de los oficios, la hija de uno de los trabajadores heridos fatales, Rebeca Radio, habló para agradecer los signos de afecto recibidos por los presentes y expresar «qué tan queridos fueron acompañados» que los dejen.
«Haga ruido como un polvo de rifle cuando explota», dijo Ibán Radio Devastate Hija, quien recordó que «cualquiera» que conocía a estos mineros, sabía que no estaban «entre los que morían en una cama de hospital».
«El Rumble fue tan grande que ahora todo el país sabe tu nombre. Tu ausencia está revoloteando y sacudiéndonos», insistió en llorar y aplaude a la joven lacianiaga.
Al final del discurso, los presentes cantaron «Santa Bárbara bendecida», un himno minero tradicional en el que introdujeron un verso en la carta inicial en la que se recordó que «en Mina Cerdo, cinco mineros murieron».