Las restricciones en Arco de Ladrillo, Valladolid, empiezan con el cierre de un carril en dirección de salida.

Las restricciones en Arco de Ladrillo, Valladolid, empiezan con el cierre de un carril en dirección de salida.

Una limitación cobarde en el Viaducto de arco de ladrillo debido a un trabajo de emergencia llevado a cabo por el Ayuntamiento de Valladolid comenzó en la noche entre este jueves y viernes con el cierre de tráfico en el carril derecho en sentido de salida de la ciudad, mientras que en dirección al centro ambas vías permanecen abiertas.

Los trabajadores de la empresa Imesapi, encargada de las obras, comenzaron el jueves por la tarde a colocar vallas de plástico tipo «New Jersey» para limitar el tráfico a un solo carril en la salida de la ciudad.

Según un informe técnico encargado en virtud del contrato de Conservación a un «consultor», se determinó que existe un «riesgo efectivo» por el estado de las defensas de borde, las cuales son antiguas y obsoletas según la normativa vigente. Además, se indicó que existe un riesgo real de que en casos como el hipotético impacto de un vehículo contra las protecciones laterales, éstas cedan y se produzca una caída desde altura sobre las vías del tren.

El alcalde de Valladolid, Jesús Julio Carnero, afirmó esta mañana que el informe técnico habla de la «necesidad» de actuar «con urgencia», por lo que el Ayuntamiento tendrá que realizar la intervención «por responsabilidad», algo que a su juicio es la «primera regla» en la «acción pública».

Todo esto se hace para «garantizar la seguridad del viaducto, independientemente de las decisiones que se tomen en el futuro».

En este sentido, se considera que la solución definitiva debe ser «un túnel subterráneo para vehículos», al que se añadiría «también» un túnel ferroviario, ya que se defiende que «el proyecto del metro en esta zona de la ciudad». También se habla de un túnel subterráneo para vehículos.

En cualquier caso, se precisa que ahora no se trata de «integración versus entierro», sino de «garantizar la seguridad y garantizar la circulación en una vía que sigue siendo central, imprescindible, en el tejido urbano de la ciudad de Valladolid».

En un momento recordó que el viaducto Daniel del Olmo, cercano al polígono industrial de Argales, tiene restricciones de circulación, lo que a juicio de Carnero le hace creer que el Arco de Ladrillo también las tendrá.

Ante esta situación, el concejal ‘popular’ ha manifestado que quiere que las restricciones que sufrirá el viaducto en los próximos meses «sean por el menor tiempo posible», ya que supondrán «un trastorno importante para todos los vecinos de Valladolid», e incluso indicó que se intentará «reducir al máximo el tiempo de ejecución de las obras».

Las obras costarán alrededor de 2 millones de euros y durarán casi un año, once meses, y para su ejecución se consideró necesario restringir el tráfico en los dos carriles limítrofes de la estructura para la ejecución de las obras.

Las restricciones, que también incluyen la reducción del límite de velocidad máxima a 30 kilómetros por hora, se mantendrán durante los trabajos de reparación, que se espera que duren once meses.

Se espera que la demolición, refuerzo y reparación de la estructura vial en el sentido de entrada se prolongue hasta noviembre de este año, para continuar con los trabajos correspondientes en el sentido de salida, los cuales concluirán en abril de 2025.

El concejal de Tráfico y Movilidad, Alberto Gutiérrez, sostuvo que las limitaciones aprobadas son «la única opción existente para evitar el cierre total del tráfico rodado, lo que supondría un colapso y un problema gravísimo para la movilidad general de toda la ciudad» porque es una de sus arterias esenciales».

Gutiérrez recordó que actualmente «no existen alternativas sustitutivas al viaducto Arco de Ladrillo» porque las dos vías más cercanas con capacidad para hacerlo se encuentran cerradas o con tráfico restringido; Es el caso del viaducto Daniel del Olmo (por el que pueden circular vehículos pesados, ni siquiera el transporte público) y la calle Labradores, cerrada al tráfico debido a las obras de integración ferroviaria en curso que no estarán terminadas hasta dentro de al menos seis meses.

Riol sugirió a los vallisoletanos optar por el Bulevar Zamora al sur y por el Túnel de Andrómeda o por la VA-20 al norte porque el paso inferior de San Isidro está «al límite de su capacidad».

FUENTE

nuevaprensa.info

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