La calidad Xeral y la Gestión Ambiental y la Sostenibilidad, dependiendo del departamento ambiental y los cambios climáticos, rechazaron la autorización ambiental al proyecto de construcción de una fábrica de evaluación Lugo.
Este organismo, que es competente para el procesamiento y el monitoreo de las acciones derivadas de las autorizaciones ambientales y del suelo integradas, considera que la relación «obligatoria y obligatoria» de la confederación del río Miño-Sil que declara «descarga inadmisible». autorización.
Como se transfirieron las fuentes de Xunta, la Confederación emitió informes en mayo y septiembre del año pasado, en los que concluyó que «la documentación proporcionada por el promotor no era suficiente para hacer el informe sobre la descarga». Además, enfatizó «deficiencias múltiples que deberían remediarse, teniendo en cuenta el flujo indicado y el sistema de liberación descrito».
Y, el informe emitido por la Dirección Xeral de la Patrimonio Natural en julio del año pasado ya condicionó la viabilidad del proyecto al informe de la Confederación en el que la calidad de las aguas «del entorno acuático acogedor y que la descarga de Arroyo Vilalvita respeta, en cualquier momento, los límites establecidos en su plan hidrológico para diferentes parámetros físicos. «
Por lo tanto, Xunta explicó que después de la fecha límite para emitir un nuevo informe de la Confederación «sin respuesta, porque los informes emitidos por esta agencia son» desfavorables «para el proyecto y que el promotor» no contribuye a los nuevos elementos en la declaración en el proceso de la audiencia «La autorización ambiental integrada debe ser rechazada.
Ahora la compañía tiene un mes para presentar una apelación.
La noticia fue bienvenida por Joy para un grupo de vecindarios que, bajo el nombre de «Lugo Non Quera», protestó sobre este proyecto durante meses.
Las manifestaciones también fueron separadas por BNG y PSO, quienes lideraron este problema en el Parlamento de Galicia, instando a Xunta a retirar su apoyo al proyecto.
El presidente del grupo de vecindarios, Julio Rodríguez, aseguró que los vecinos están contentos, pero siguen esperando. «El paso más importante se da, pero no confiamos en absoluto, porque hay tiempo para reclamar y no creemos que la compañía le permita aprobar, porque pagan el alquiler de tierras durante tres años».
Por su parte, el alcalde de Lugo, Paula Alvarellos, dijo que esta resolución «destaca el poder del movimiento del vecindario y la importancia de la movilización social».
Además, agregó que «es preocupante que Xunta de Galicia declarara la prioridad de un proyecto que ahora es imposible, vio su impacto en el medio ambiente y las serias deficiencias técnicas que fueron indicadas por los informes». «Esta situación refleja la necesidad de una mayor rigidez y responsabilidad al evaluar este tipo de iniciativa, asegurando que los intereses generales de los vecinos siempre estén por encima de cualquier otro criterio», dijo.