La Plataforma 8 de Marzo insta a los hombres a no guardar silencio contra la violencia machista.

La Plataforma 8 de Marzo celebró este 25N, Día para la Erradicación de la Violencia sobre la Mujer, una concentración en la Concha del Espolón de Logroño donde aseguraron que la violencia machista «no es sólo un problema de las mujeres». Por ello, animan a todos los hombres a «romper el silencio y no callar» para erradicar esta lacra y conseguir «una sociedad más justa».
En un acto, que tuvo lugar en la Concha del Espolón a las 19:00 horas, la Plataforma quiso recordar a todas las mujeres asesinadas por sus parejas o exparejas y recordar a quienes sufren esta violencia que «no están solas».
Como subrayaron las portavoces de la Plataforma, Josune Zorzano (USO) e Izaskun Fernández (PSOE La Rioja), la lucha contra la violencia de género «necesita tu voz». Necesitamos hombres que no guarden silencio, que reconozcan que la indiferencia es “terreno fértil para el abuso”. Los hombres que se atreven a decir que no está bien, intervienen, apoyan a los necesitados y predican con el ejemplo.
Se trata, dijeron, “de romper el silencio” porque “no es un acto de debilidad, sino de valentía”. No es una acusación, sino una invitación a construir una sociedad más justa».
«Tu complicidad mata, pero tu acción puede salvar vidas.» Por eso pidieron a todos que se unan a «nosotros» para demostrar que «el verdadero honor está en defender la dignidad y los derechos de todas las personas». Juntos, hombres y mujeres, podemos erradicar la violencia de género.»
Posteriormente, los representantes de la Plataforma 8 de Marzo leyeron el manifiesto firmado por todas las entidades que forman parte de la plataforma: UGT La Rioja, PSOE de La Rioja, IU La Rioja, USO La Rioja, Mujeres Progresistas y CCOO La Rioja.
La Plataforma 8 Marzo ha querido sumarse así al «grito mundial del 25N» para denunciar «que la violencia machista sigue afectando a la vida de las mujeres y que representa una gravísima violación de los derechos humanos, contraria a nuestras democracias».
Es «una terrible realidad que debe ser visibilizada, denunciada, prevenida y erradicada y siempre escuchada, creída y protegida por las mujeres afectadas».
«Porque jóvenes y mayores, migradas o racializadas, discapacitadas, excluidas, en situaciones más vulnerables, trabajadoras, jubiladas o desempleadas, todas las mujeres de nuestra diversidad sufren en mayor o menor grado esta violencia».
Como reconocen en el manifiesto, “no habrá justicia efectiva, igualdad y libertad, ni presente y futuro dignos, mientras la mitad de la población esté sujeta a las restricciones y consecuencias de una violencia estructuralmente machista. En las relaciones personales, en los lugares de trabajo, en los espacios de entretenimiento, en la política, en todos los ámbitos de la vida, es necesario trabajar para eliminarla por completo y establecer una tolerancia cero hacia la violencia de género».
También piden “políticas de prevención efectivas que influyan en la destrucción de los estereotipos que apoyan el patriarcado y conducen a la violencia. Y también políticas de reparación para las mujeres sobrevivientes”.
«La violencia de género es la representación más extrema de la desigualdad que existe entre hombres y mujeres. Una violencia estructural que representa un ataque a los derechos humanos que se da en todos los países del mundo. Hoy no hay sociedad en el mundo sin violencia de género».
Además, los lugares de trabajo «no son espacios inmunes a la violencia de género y, en particular, las situaciones de acoso sexual siguen siendo una realidad muy invisible, que las mujeres siguen viviendo en silencio y muchas veces con el miedo de no denunciar, con nefastas consecuencias para la salud psicológica. Sabemos que, ante la falta de apoyo, muchas de estas situaciones acaban en bajas laborales o incluso el abandono laboral de las mujeres.»
«Lo dijimos al principio y lo recalcamos ahora. Este grito global de las mujeres del 25N es más fuerte que nunca. Dentro y más allá de nuestras fronteras. En el trabajo, en nuestras casas, en nuestras calles, en todos los ámbitos. “Mujeres, exigimos un presente y un futuro sin violencia de género para nuestras niñas, nuestras adolescentes, nosotras mismas y nuestros mayores”.
Ponemos toda nuestra fuerza y compromiso al servicio de esta causa en este momento clave «y a veces desalentador, donde ante los avances de los últimos años nos sentimos amenazados por el negacionismo mientras los indicadores arrojan datos insoportables con más de 100 feminicidios en el año».
«Gritemos juntos, se acabó. Hoy, más que nunca, es hora de que la vergüenza cambie de bando. Nos han enseñado a callar, a tener miedo, a sentir vergüenza, que nuestra palabra no tiene credibilidad, que levantarla sería sería cuestionado y tendría consecuencias, porque el silencio es necesario para mantener la violencia”.
Como señalan: «Este proceso de sensibilización y lucha tiene muchos protagonistas, Nevenka Fernández, Juana Rivas, María Salmerón y recientemente Giséle Pelicot, las víctimas de Íñigo Errejón, así como la multitud que se desató por el caso que consistió en la exposición masiva de testimonios sobre los abusos y violencias que sufren las mujeres en nuestra sociedad. Demostramos que el silencio de las mujeres ya no es una opción, eso es lo que afirmó, que sí «Es posible y necesario construir espacios seguros en los que considerar lo que es punible y lo que es reprochable».
«Frente a la reacción violenta, frente a la violencia sexista, frente al individualismo descarnado de un sistema capitalista fallido, más feminismo».
El silencio permite a los perpetradores llevar a cabo violencia de género con total impunidad, escudándose en pactos de silencio impuestos por las propias estructuras patriarcales que les permiten silenciar, superponer, tolerar e incluso crear redes de perpetradores que actúan con malicia.
«No debemos olvidar el silencio institucional, un aliado fundamental que ignora, oculta o simplemente no actúa contra la violencia de género». El silencio no sólo nos hace cómplices, también nos hace corresponsables de su producción”.
FUENTE