¡La importancia de no tocar los árboles en septiembre!

¡La importancia de no tocar los árboles en septiembre!

El crecimiento de la savia en otoño: un fenómeno que no debe subestimarse

Contrariamente a la creencia popular, la savia todavía circula activamente en los árboles a medida que se acerca el otoño. Este fenómeno está especialmente presente en determinadas especies como arces, abedules y nogales. En septiembre, estos árboles todavía se están preparando para el invierno. Cortar o podar en este punto puede interrumpir el flujo de savia, lo que conduce a una pérdida significativa de nutrientes vitales para el árbol.

Podar en este punto corre el riesgo de un «sangrado» excesivo, donde la savia fluye sin control, debilitando gravemente el árbol. De hecho, la savia contiene reservas esenciales que el árbol necesita para sobrevivir al frío del invierno. La pérdida de esta savia puede comprometer la salud del árbol y reducir su vigor la primavera siguiente.

Vulnerabilidad a enfermedades fúngicas y parásitos.

En septiembre, la humedad aumenta gradualmente, creando las condiciones ideales para la propagación de enfermedades fúngicas y parásitos. Tocar ciertos árboles en esta época, podándolos o cortándolos, abre la puerta a estas enfermedades. Las heridas recientes creadas al cortarse pueden infectarse fácilmente con hongos o bacterias que aprovechan las suaves temperaturas y la humedad del otoño.

Los árboles como los robles o los árboles frutales, en particular, son muy sensibles a este tipo de amenazas en otoño. El corte realizado en este punto puede dejar aberturas que las plagas aprovechan para infiltrarse en los tejidos internos del árbol. Una infección no solo puede debilitar el árbol, sino también causar daños irreversibles, reduciendo significativamente su longevidad.

Conservación de recursos para el invierno.

En otoño, los árboles se concentran en acumular reservas para pasar el invierno. Almacenan nutrientes en las raíces y el tronco para resistir las frías temperaturas que se avecinan. Cualquier estrés causado por la intervención humana, como cortar o podar, puede alterar esta fase crítica..

Los árboles que se someten a intervenciones en septiembre pueden tener más dificultades para acumular los recursos necesarios para sobrevivir al invierno.

En particular, los CONÍFERAS que mantienen sus acículas durante todo el año, necesitan toda su energía para conservar su follaje y resistir el viento frío. Podar o talar estos árboles en septiembre puede provocar una pérdida de energía valiosa que debería haberse utilizado para su supervivencia invernal.

Los árboles jóvenes son los más vulnerables

Los árboles jóvenes, recién plantados o con un sistema radicular frágil, son especialmente vulnerables a cualquier intervención en otoño. Su crecimiento aún no está suficientemente estabilizado para hacer frente a tensiones adicionales como la poda o el corte, además del duro invierno que se avecina.

Al cortar las ramas en este momento, se reduce su capacidad para captar energía solar, fundamental para la producción de los azúcares y nutrientes que necesitarán durante la fase de inactividad.

Por ello, es preferible no tocar los árboles jóvenes en esta época del año, para permitirles fortalecer su sistema radicular y prepararse tranquilamente para los meses fríos.

¿Cuándo es el momento adecuado para intervenir?

Para la mayoría de los árboles, el momento ideal para podar o recortar es a finales del invierno o muy temprano en la primavera, cuando la savia aún no ha comenzado a crecer activamente.

Al cortar en este punto, las heridas sanan rápidamente debido al flujo de savia que se inicia poco después. Además, los parásitos y las enfermedades fúngicas son menos activos, lo que reduce las posibilidades de infecciones en las heridas.

Además, al no tener hojas durante este periodo, es más fácil identificar ramas muertas o enfermas y realizar un corte limpio y eficiente sin dañar el árbol.

Si en septiembre sientes la necesidad de preparar el jardín para el invierno, es fundamental recordar que algunos árboles es mejor dejarlos en paz durante este período.

Ya sea para evitar la pérdida de savia, limitar las infecciones por hongos o permitir que el árbol acumule reservas para el invierno, septiembre no es el momento adecuado para trabajar en estos árboles. Al darle tiempo al árbol para que se prepare naturalmente para el invierno, promovemos su salud a largo plazo y garantizamos una buena recuperación en la primavera.

FUENTE

nuevaprensa.info

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