La Guardia Urbana de Barcelona portará armas eléctricas en 2026

La Guardia Urbana de Barcelona portará armas eléctricas en 2026

La Guardia Urbana de Barcelona adquirirá 22 dispositivos conductores de energía (ECD), también llamados pistolas eléctricas, a principios de 2026 -una vez aprobado el reglamento- y serán portados por los comandantes de la Unidad de Refuerzo de Emergencia y Proximidad, que serán capacitados para poder utilizarlos.

Así lo explicó el jefe de la Policía Urbana, Pedro Velázquez, durante una sesión de trabajo para explicar el proyecto de reglamento que el Ayuntamiento aprobó en Comisión de Gobierno para regular el suministro y uso de estos dispositivos.

Los dispositivos de energía conductora son herramientas policiales que aplican una o más descargas eléctricas de corta duración -de hasta 5 segundos- y actúan sobre el sistema motor de la persona, inmovilizándola para que los agentes puedan actuar.

Varios cuerpos policiales de Suiza, Austria, Francia y Reino Unido ya los adquirieron en 2008, mientras que en Cataluña los Mossos d’Esquadra comenzaron a utilizarlos en 2016.

Velázquez detalló que de las 22 pistolas paralizantes que adquirirá la Policía Urbana de Barcelona, ​​»sólo unas 10 o 12″ estarán activas en la ciudad, ya que el resto serán para entrenamiento, ejercicio o repuestos.

“Son una herramienta muy consolidada a nivel policial. En Cataluña hay 78 policías locales que las tienen incorporadas. A nivel nacional, más de 280 municipios los han incorporado a sus policías locales, así como la Guardia Civil y la Policía Nacional es algo muy consolidado”, afirmó Velázquez.

Estos dispositivos permiten al profesional “dar respuesta en situaciones de alto riesgo o agresión extrema con circunstancias de grave riesgo para la vida o integridad física de la persona o de terceros”.

Además, aseguró que antes de utilizar estos dispositivos, los agentes tendrán que agotar los medios de diálogo y mediación con la persona en cuestión, informar adecuadamente sobre su uso y garantizar la asistencia médica a la víctima de este dispositivo, por lo que todas las tripulaciones equipadas con estas pistolas paralizantes dispondrán de un desfibrilador: «Es una cuestión absolutamente obligatoria».

«Es un dispositivo que tiene cierta inteligencia para calibrar la intensidad que se necesita. No es lo mismo una persona que pesa 50 kilogramos que una que pesa 100», afirmó el superior de la Guardia Urbana.

Entre estas situaciones, Velázquez mencionó los asesinatos con arma blanca, donde las personas pueden «herir a los agentes o a ellos mismos».

Velázquez registró que en 2024 la Guardia Urbana neutralizó a 13 personas en situaciones con arma blanca, mientras que en 2023 atendieron a 8 personas: “Consideramos que esta herramienta es un medio que puede reducir la intensidad de las acciones”.

«Es un momento de preocupación por las armas blancas. Estas situaciones se repiten cada vez más. Con este dispositivo, la acción tendrá que ser proporcionada», afirmó.

El jefe de la Guardia Urbana de Barcelona garantizó que habrá una vigilancia rigurosa del uso de las pistolas eléctricas y se revisarán los dispositivos: «Sólo sacando el dispositivo de la funda se registra y además se geolocaliza el uso y siempre» grabar las intervenciones en vídeo».

Una vez finalizada la actuación, el mando directo del agente que utilizó el dispositivo conductor de energía revisará la intervención, que deberá estar justificada, al igual que la Unidad de Asuntos Internos.

En el proyecto de reglamento, consultado el viernes por Europa Press, afirman que se pretende «establecer un reglamento que, previo debate democrático, establezca de forma transparente los principios, requisitos y supuestos del uso y posesión de DCE».

También señala que corresponde al alcalde, Jaume Collboni, autorizar el suministro de cañones eléctricos, y una vez autorizado, Velázquez determinará los comandantes que podrán utilizarlos.

«El uso del DCE está sujeto a los principios de proporcionalidad, coherencia y adecuación y sólo puede utilizarse en situaciones en las que exista un riesgo racionalmente grave para la vida o la integridad física», añade.

Sin embargo, salvo que exista un riesgo evidente, el uso de estos dispositivos no podrá utilizarse o se limitará su uso «siempre que las autoridades perciban esta condición» en mujeres embarazadas o niños menores de 14 años; personas mayores o vulnerables; en manifestaciones o cerca de gases inflamables.

El borrador también añade que se debe evitar apuntar el láser del dispositivo a los ojos o disparar al cuello, la cabeza, el pecho o los genitales.

FUENTE

nuevaprensa.info

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