La familia de Manuel Orcera de la Cruz considera crucial enseñar a los jóvenes sobre el pasado.
La familia de Manuel Orcera de la Cruz, asesinado por ETA el 18 de mayo de 1977 cuando tenía 24 años, consideró «fundamental» inculcar a los jóvenes «lo que pasó», ya que muchos de ellos desconocen a las víctimas o qué es ETA.
El Ayuntamiento de San Sebastián colocó este sábado una placa en el barrio de Amara en memoria del policía Manuel Orcera de la Cruz, víctima de ETA en 1977.
Con este acto, ya son 27 las placas que el Ayuntamiento ha colocado en la ciudad como parte de la iniciativa impulsada hace dos legislaturas para dar visibilidad en los espacios públicos a las víctimas del terrorismo y la violencia política.
El acto tuvo lugar a las 12.00 horas en la estación de Amara y, como otras ocasiones, consistió en un sencillo homenaje de reconocimiento al que asistieron el alcalde, Eneko Goia, representantes de los grupos municipales y la familia de la víctima.
Manuel Orcera de la Cruz, de 24 años, natural de Úbeda (Jaén), era miembro de la Policía Armada y se encontraba de servicio en el interior de la comisaría cuando dos personas se bajaron de un vehículo, entraron en la comisaría y dispararon contra el agente, provocándole casi la muerte instantánea.
De esta forma, el Ayuntamiento continúa desarrollando esta iniciativa para recuperar la memoria y la visibilidad en el espacio público de aquellas víctimas del terrorismo y de la violencia política que perdieron la vida en la ciudad.
A la fecha se han colocado placas en los lugares donde fueron asesinados Juan María Araluce, José María Elícegui Díez, Antonio Palomo Pérez, Luis Francisco Sánz Flores, Alfredo García González, Gregorio Ordóñez Fenollar, Francisco Martín González, Fernando Múgica Herzog, Daniela Velasco Domínguez de Vidaurreta, Daniel Garrido Velasco, Miguel Paredes, Elena Moreno, Eugenio Olaciregui Borda, Francisco Javier Gómez Elosegi, José Ángel Santos, Josu Leonet, Juan de Dios Doval Mateos, Miguel Ángel Iñigo Blanco, Juan Antonio Marcos González, todos asesinados por ETA.
También se colocaron placas en memoria de Enrique Cuesta, Antonio Gómez y Juan Manuel García Cordero, asesinados por los Comandos Autónomos Anticapitalistas, Begoña Urroz Ibarrola, asesinada por el DRIL, Mari José Bravo del Valle, asesinada por el Batallón Vasco Español y Joseba Baradiaran Urkola, víctima de la actuación policial.
En este sentido, el alcalde de San Sebastián, Eneko Goia, ha recordado que cada placa tiene «su significado y su historia», lo que en el caso de Manuel Orcera de la Cruz es «muy difícil».
«La familia nos contó cómo tuvieron que huir del funeral en la Catedral del Buen Pastor y de allí salir de la ciudad y no volver nunca más; una historia muy dura, como tantas otras», lamentó.
Asimismo, ha destacado que iniciativas como la del sábado pretenden «arreglar lo máximo posible» lo ocurrido y que «puedan tener un mejor recuerdo de la ciudad, que no les trató nada bien».
Por su parte, uno de los hijos de Manuel Orcera de la Cruz, que se trasladó desde Úbeda (Jaén), junto a parte de la familia, agradeció el trato recibido por parte del Ayuntamiento e incluso del alcalde.
Según cuenta, cuando mataron a su padre, su madre estaba embarazada y recordó que cada vez que veían un atentado de ETA en la televisión, en la familia se revivía la pérdida de su padre.
«La familia tuvo que abandonar la capilla del Buen Pastor y la ciudad en medio de insultos y abucheos… es reconfortante que te recuerden y que Manuel Orcera de la Cruz sea parte de la ciudad, aunque sea con una placa», dijo.
También consideró «fundamental» transmitir a las nuevas generaciones lo ocurrido «en la historia reciente de nuestro país». «Nuestros familiares lo vivieron y lo saben, pero a cualquier niño en cualquier ciudad le pueden preguntar por víctimas destacadas como Miguel Ángel Blanco o Gregorio Ordóñez y no sabe quiénes son ni qué es ETA». «A los jóvenes hay que enseñarles lo que pasó y la historia reciente», insistió.
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