La agricultura familiar: clave para seguridad alimentaria eficiente y equitativa.
El ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, durante su intervención en el G20
Luis Planas participó en Cuiabá (Brasil) en la segunda sesión de ministros de Agricultura del G-20, que discutió las prioridades 3 y 4 de la declaración ministerial: fortalecer el papel esencial de los pequeños agricultores, pueblos indígenas y comunidades locales en la agricultura (prioridad 3) y promover la integración de la pesca y la acuicultura sostenibles en las cadenas de valor locales y globales (prioridad 4).
Para asegurar su viabilidad, el ministro destacó la necesidad de que este tipo de agricultura tenga acceso a financiamiento que le permita implementar nuevas tecnologías e innovación. Además, recordó que el Gobierno de España está trabajando en una ley de agricultura familiar para apoyar su papel estratégico en el desarrollo socioeconómico y medioambiental de las zonas rurales.
También elogió las políticas que España está promoviendo a favor de las comunidades rurales, con un enfoque en la inclusión de las mujeres y el relevo generacional.
Por primera vez, los debates del G-20 reconocieron la importancia crucial de la pesca y la acuicultura en la seguridad alimentaria mundial al proporcionar proteínas con alto valor biológico y una baja huella de agua y carbono.
Para abordar los desafíos del sector, Planas considera fundamental trabajar sobre la base del consenso y el mejor conocimiento científico disponible. También hizo un llamado a unir esfuerzos para combatir la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada, así como proteger las áreas marinas protegidas.
Compromiso con la sostenibilidad agrícola
En la primera sesión, celebrada el día anterior, los ministros abordaron las prioridades 1 y 2 de la declaración ministerial, sobre la sostenibilidad de la agricultura y los sistemas alimentarios (prioridad 1) y cómo mejorar la contribución del comercio internacional a la seguridad alimentaria y nutricional (prioridad 2).
En esta sesión, Planas resaltó que la sostenibilidad de la producción de alimentos, en sus aspectos económicos, sociales y ambientales, es una prioridad clara para el sector agroalimentario español. «El principal desafío es transformar los sistemas alimentarios para hacerlos más justos, sostenibles y rentables, asegurando la seguridad, el desarrollo rural y el uso sostenible de los recursos», afirmó.
El ministro aseguró que los sistemas alimentarios más sostenibles contribuyen de manera decisiva a la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas. Para lograrlo, enfatizó la necesidad de cambiar los patrones de producción para proporcionar alimentos a una población en crecimiento de manera más sostenible en términos de recursos naturales como el agua y el suelo.
Las nuevas tecnologías y la innovación son herramientas clave de esta nueva agricultura del siglo XXI, siempre partiendo de la premisa de que la agricultura debe ser parte de la solución y no del problema, según Planas.
También hizo hincapié en que el comercio internacional de alimentos juega un papel esencial para garantizar la seguridad alimentaria mundial y abogó por el mantenimiento y la profundización del actual sistema de comercio multilateral, transparente, justo y basado en las reglas de la OMC.