Japón busca recuperar territorio perdido en décadas.

Japón busca recuperar territorio perdido en décadas.

España inventó el motor de agua, pero el mundo no lo creía. Después de varias décadas, Japón quiere recuperarlo lanzando motores de hidrógeno como el de Yamaha. Con el paso del tiempo, surgieron noticias sobre los coches eléctricos propulsados por hidrógeno y sus opciones para sustituir los combustibles fósiles. Sin embargo, la falta de infraestructuras y los peligros que suponen los tanques de almacenamiento han impedido la estandarización de esta tecnología.

Con el avance del cambio climático y el calentamiento global, los combustibles fósiles son una alternativa cada vez menos atractiva. Aunque cumplen con las expectativas de eficiencia, contaminan demasiado. Ante este escenario, el hidrógeno vuelve a alzarse como una opción viable. De hecho, estamos más cerca que nunca de su ascensión.

El hidrógeno es un vector importante en la descarbonización de la industria y la movilidad sostenible, permitiendo su uso en aplicaciones versátiles. Entre sus beneficios está que su único subproducto es el vapor de agua.

Motor de agua: España ya lo inventó y el mundo no lo creía

Foto: YouTube

A mediados del siglo pasado, El ingeniero extremeño Arturo Estévez Varela inventó un motor que funcionaba con agua. A lo largo de su vida, el experto se dedicó al desarrollo de todo tipo de dispositivos. Uno de los más esperados fue motor de agua. Realizó varios viajes por toda la península reuniendo gente para mostrar cómo funciona el agua como combustible para las motos.

Los informes de su trabajo llegaron incluso al grupo de trabajo de Francisco Franco. Su invento fue publicado en NO-DO, la institución de propaganda de Franco para el fascismo español. Cada vez que el ingeniero llegaba a una nueva ciudad, Estévez usó un sistema simple para hacer sus demostraciones. Reunió a sus vecinos para beber agua de un cántaro. Esto demostró que el elemento no contiene aditivos. El agua sobrante fue destinada al tanque de combustible de la motocicleta.

El siguiente paso fue arrancar el vehículo y desaparecer del lugar de encuentro. Sus presentaciones atrajeron la atención del resto de medios, y su popularidad llegó a tal punto que el gobierno franquista creó una comisión de expertos para analizar el fenómeno. El resultado de la investigación fue que el «secreto» era una mezcla elaborada dentro del tanque. El supuesto ingrediente oculto sería el boro.

Como el material era demasiado caro, el proyecto se consideró no rentable y se rechazó su viabilidad. Sucesivamente, Estévez siempre ha sostenido que el ingrediente secreto no es el boro. Otras investigaciones han hablado del ferrosilicio. Combinado con agua, genera oxidación y produce hidrógeno. Sin embargo, esto es sólo una hipótesis no comprobable.

El motor de agua triunfó en España, pero se quedó corto

Según lo registrado El mundo del deporte., el invento se vendió y su creador se hizo millonario. Sin embargo, la industria automotriz ha demostrado repetidamente que la estandarización de las opciones basadas en pilas de combustible de hidrógeno aún no es posible. Actualmente existen algunos modelos equipados con esta fuente de energía, pero las ventas no son lo suficientemente altas como para recuperar la inversión.

Ante la búsqueda de nuevas alternativas a los combustibles fósiles, han aparecido en el mercado nuevas opciones de motores como los vehículos eléctricos y de hidrógeno. Ambas tecnologías todavía tienen mucho que demostrar para estar al nivel que alguna vez estuvieron los fósiles. Sin embargo, los expertos están estudiando cómo pueden ir las nuevas apuestas, y existe un nuevo transporte más sostenible y compasivo con el medio ambiente.

Categórico, España inventó el motor de agua y ahora, décadas después, Japón quiere recuperar parte de ello. Varias empresas japonesas, como Toyota, están trabajando en la llegada de motores de hidrógeno, cuyo único subproducto es el vapor de agua.

FUENTE

nuevaprensa.info

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