La prueba de alcoholemia a la que el hombre fue sometido en tierra arrojó un resultado de 0,76 miligramos de alcohol por litro de aire exhalado.
La acción comenzó cuando los guardias civiles del servicio marítimo provincial detectaron la presencia de una embarcación neumática navegando a alta velocidad entre las boyas que delimitan Almadraba, sin luces de navegación.
A pesar de las indicaciones de los agentes, la única tripulación parecía desorientada y no obedecía las instrucciones, mostrando signos de estar bajo la influencia del alcohol, lo que representaba un riesgo para su seguridad y la de las demás embarcaciones en la zona.
El instituto armado, con la colaboración de la policía local de Cartagena, puso en conocimiento de la autoridad marítima la presunta infracción a la ley de seguridad marítima por parte del capitán.