Expertos y empresas advierten sobre posibles desequilibrios al recortar la jornada laboral sin un periodo de transición.

Expertos y empresas advierten sobre posibles desequilibrios al recortar la jornada laboral sin un periodo de transición.
Expertos y empresarios piden un régimen transitorio si se aplica la reducción de la jornada legal de 40 a 37,5 horas semanales «desequilibrios negociables» porque muchas de las mejoras logradas mediante la negociación colectiva podrían perderse o algunas mesas requerirían la reapertura de acuerdos ya cerrados.
Así lo opinan los investigadores Fedea José Ignacio Conde-Ruiz, Jesús Lahera y Analia Viola en un artículo publicado este lunes, titulado «¿Cómo reducir la jornada laboral?». En él, además de realizar un estudio comparativo sobre la regulación de nuestro tiempo de trabajo en nuestro país y en el resto de estados miembros de la OCDE, señalan varios escenarios sobre cómo podría afectar a los trabajadores con jornadas superiores al umbral de las 37,5 horas en caso de corte sin acuerdo, como se indicó en la última hora de negociaciones.
Los expertos aseguran que la reforma debería ir acompañada de un régimen «transitorio» mucho más flexible que el que puso sobre la mesa la vicepresidenta Yolanda Díaz. Según el texto al que tuvo acceso ECONOMÍA DIGITAL, la entrada en vigor de la reforma del Estatuto de los Trabajadores supondría la reducción inmediata de jornada legal de 38,5 horas, según menciona el acuerdo de gobierno, mientras que las 37,5 horas comenzarían a contar a partir del 1 de enero.
Fedea demuestra que este régimen transitorio Se debe aplicar acuerdo por acuerdo, y cada vez que uno expire, se debe iniciar la negociación sobre cómo implementar la jornada en el nuevo marco legal. «De no establecerse esta transición, el horario de trabajo de los convenios colectivos vigentes afectados se reduciría automáticamente, generando un desequilibrio en la negociación», advierten los expertos.
Esta fórmula es muy similar a la que señalan fuentes empresariales conocedoras de las discusiones entre el Ministerio de Trabajo, sindicatos y patronal. Limitar la jornada anual y permitir diferentes bonificaciones en distintos convenios en función de la actividad Sería la «forma menos dolorosa» de reducir la jornada laboral, ya que supondría que cada sector adopte esa reducción de la forma que mejor se adapte a su realidad.
Algunos organismos internacionales, como el FMI, y otros nacionales, como el Banco de España, Advirtieron contra la aplicación uniforme de una reducción del tiempo de trabajo y sin tener en cuenta las particularidades del tejido productivo, ya que ello podría suponer pérdidas de productividad.
Preguntada específicamente al respecto por ECONOMÍA DIGITAL, la Secretaria de Estado de Trabajo, Joaquín Pérez Rey, descartó que suponga un desequilibrio para aquellas personas que ya tienen menos jornada. “Bien. Queremos que el resto de sectores estén dentro de esos parámetros. Se trata de que esta medida sea democrática, horizontal, que afecte a todos los ciudadanos y que esos 12 millones que aún faltan puedan hacerlo”, respondió tras la fallida reunión de la Mesa de Diálogo.
Pérez Rey también argumentó que el Proyecto que proponen ya contiene un régimen transitorio, con la entrada en vigor de una reducción a 38,5 horas semanales en cuanto se apruebe la ley y se publique en el Boletín Oficial del Estado, lo que sería suficiente.
Los expertos de Fedea constatan que las ganancias de productividad en el tejido productivo han permitido, sin reducciones legales de la jornada de trabajo -la última fue en 1983, cuando se redujo de 43 horas semanales a 40 horas-, que la jornada media de trabajo pase de 41,5 horas en el segundo trimestre de 1987 a 37,6 horas en el primer trimestre de este año. Casi cuatro horas, en menos de cuatro décadas.
¿Cuáles podrían ser los efectos de esta «reducción forzosa», con el acuerdo de los sindicatos y el Gobierno? En primer lugar, un aumento de los costes salariales unitarios, al reducir las horas, manteniendo los salarios constantes, lo que afectaría directamente a la competitividad de las empresas -también en los mercados exteriores- y a la evolución del empleo y del PIB. Externalidades que serían mayores en las pymes y en sectores donde la jornada laboral es mayoritariamente superior a 37,5 horas, como la hostelería o el comercio, donde «el contacto cara a cara entre trabajadores y clientes es fundamental, y los ritmos de producción son difíciles de modificar».
Fedea baraja tres escenarios. El primero, para aquellos que ya cuentan con una jornada laboral inferior a 37,5 horas, que podrían verse perjudicados al perder ese «grupo de horas» de diferencia entre su jornada laboral pactada y legal.
El segundo es para aquellos que trabajan menos de 40 horas pero más de 37,5 horas semanales, para los cuales se están cambiando los sistemas de tiempo compartido acordados, que deberían revisarse, y ahora se eliminan los grupos de horario flexible a medida que se absorbe la diferencia legal. Y el tercer y último escenario es para quienes trabajan 40 horas semanales, con impacto total en los sistemas de distribución del tiempo.
La patronal Cepyme advirtió en un informe hecho público este lunes que los sectores que se verán más afectados por la medida serán la hostelería y el comercio, donde prácticamente la totalidad de sus trabajadores trabajan más de 37,5 horas semanales. Los costes asociados podrían superar los 40.000 millones, de los cuales 11.000 millones estarían relacionados con el coste directo de reducir las horas trabajadas manteniendo los salarios.

First paragraph:
El verano es mi estación favorita del año. Me encanta el sol brillante, el calor, la libertad de vestir ropa ligera y la oportunidad de pasar tiempo al aire libre. Durante el verano, suelo ir a la playa, tomar el sol, nadar en el mar y disfrutar de largas tardes al aire libre con amigos y familiares.

Segundo párrafo:
Además, el verano me recuerda a las vacaciones de la escuela y la sensación de libertad que viene con ellas. Me encanta la sensación de relajación y la falta de horarios estrictos que vienen con la temporada estival. Puedo pasar mis días haciendo lo que me plazca, sin preocupaciones ni estrés.

FUENTE

nuevaprensa.info

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