Europa eliminará subvenciones a calderas fósiles en 2025

Las estadísticas muestran que 2/3 de la energía utilizada en Europa para calentar y enfriar los edificios todavía proviene de la quema de combustibles fósiles: carbón, gas natural y fuel oil, que también se importan de terceros países, lo que empeora tanto la independencia energética de Europa como su balanza comercial.
La Directiva sobre eficiencia energética en los edificios establece que, a partir del 1 de enero de 2025, los países no podrán fomentar la instalación de plantas individuales alimentadas con combustible. Para ayudar a los Estados miembros a transponer esta directiva, la Comisión Europea publicó el 17 de octubre de 2024 unas orientaciones sobre la prohibición de incentivos para calderas individuales de combustibles fósiles que se apliquen a la compra, el montaje y la puesta en servicio de combustibles fósiles como el gas natural y el fueloil.
Para considerar si una caldera funciona o no con combustibles fósiles se tendrá en cuenta el mix de combustibles que hay en la red de gas en el momento de la instalación de la planta. Por ejemplo, si al momento de la instalación la red tiene una mezcla donde predomina el gas natural, no se pueden recibir incentivos.
Se permiten incentivos únicamente para la instalación de calderas que solo pueden funcionar con combustibles renovables y no pueden quemar combustibles fósiles ni calderas de biomasa. Por otro lado, aunque se pueden estimular los sistemas híbridos (caldera con bomba de calor), las ayudas proporcionales a su parte renovable sólo se permiten y se consideran una solución temporal. En ningún caso se considera que un sistema híbrido pueda optar a incentivos públicos si un sistema de combustión combinada es híbrido (por ejemplo, generación de calor a partir de biomasa y gas).
En Europa, dos tercios de la energía utilizada para calentar y enfriar los edificios todavía proviene de combustibles fósiles; gas natural y petróleo, principalmente, que se importan de terceros países. Este hecho también empeora la balanza comercial y la independencia energética de Europa.
Este consumo de combustibles fósiles también significa que los edificios son responsables de más de un tercio de las emisiones de gases de efecto invernadero de la Unión Europea. Por lo tanto, es esencial eliminar gradualmente los combustibles fósiles de la calefacción y refrigeración de los edificios para reducir la dependencia energética y reducir las emisiones.
Consciente de ello, la Comisión Europea aprobó la Directiva sobre eficiencia energética de los edificios (la Directiva, en adelante), que entró en vigor el 28 de mayo de 2024, con el principal objetivo de descarbonizar el parque inmobiliario de aquí a 2050. Esta directiva ayudará a la UE a eliminar gradualmente las calderas fósiles y así realizar una eliminación total de combustibles fósiles en el sector residencial para 2040. Para ello, como primer paso, establece que, a más tardar a partir del 1 de enero de 2025, los países no podrán fomentar la instalación de calderas individuales alimentadas con combustibles fósiles (carbón, gas natural y fueloil).
Para ayudar a los Estados miembros a transponer esta directiva, la Comisión Europea publicó el 17 de octubre de 2024 una guía para la prohibición de incentivos para calderas individuales que se aplica a la compra, montaje y puesta en marcha de calderas fósiles.
Pero ¿qué se entiende por incentivo? Se entiende en sentido amplio como apoyo financiero proporcionado por un organismo público y/o a través de recursos públicos. Pueden ser subvenciones directas a compradores, instaladores y terceros, incentivos fiscales, préstamos para la renovación de edificios, etc. ¿Y qué entendemos por instalación? a compra, instalación y puesta en marcha de la caldera.
Las directrices prohíben incentivos para:
– Instalación de calderas que funcionan con combustibles fósiles (carbón, gas natural, fueloil). Para considerar si una caldera funciona o no con combustibles fósiles se tendrá en cuenta el mix de combustibles que hay en la red de gas en el momento de la instalación de la planta.
– Si en el momento de la instalación la red tiene un mix en el que predomina el gas natural, no se podrán recibir incentivos. Además, los países deben establecer un sistema de verificación.
– Instalación de calderas individuales que se alimentan con combustibles renovables. Aunque la prohibición de la directiva no se aplica a calderas que funcionan con combustibles renovables, esto está limitado por el Reglamento sobre diseño ecológico. Desde 2017, dicho reglamento no permite ayudas para dispositivos que no pertenecen a las dos clases de eficiencia más altas de su grupo. Las calderas, independientemente de que funcionen con gas renovable, no cumplen esta condición del Reglamento de Ecodiseño y no pueden optar a ayudas.
Por el contrario, la guía permite incentivos públicos en los siguientes casos:
– Cuando la ayuda se concedió antes de 2025.
– Cuando las calderas funcionan exclusivamente con combustibles renovables y no pueden quemar combustibles fósiles como calderas de biomasa.
– Cuando se trata de sistemas híbridos (p. ej. caldera con bomba de calor) con una proporción «considerable» de energía renovable.
– Esto solo se considera una solución temporal. En ningún caso se considera un sistema híbrido susceptible de incentivos públicos si un sistema de combustión combinada es hibridado (por ejemplo, generación de calor a partir de biomasa y gas).
– Los países tendrán que determinar cómo definir la parte «considerable» de energías renovables.
– Los sistemas de calefacción híbridos solo podrán recibir ayudas por la parte correspondiente a energías renovables.
– Para garantizar que esto se cumpla, los países deben establecer un sistema de cumplimiento y monitoreo, asegurando que contribuya a los objetivos climáticos.
En todo caso, serán elegibles los incentivos relacionados con mantenimiento, reparaciones y costos adicionales de transición. Cuando se utilizan gases renovables en una caldera, desinstalación de calderas fósiles o sistemas de automatización y control.
Finalmente, esta guía prevé una serie de incentivos que se aplicarán a los consumidores más vulnerables, aunque se espera que no «vinculen» a los usuarios con los de mayor edad y calderas que consumen combustibles fósiles. En cuanto a este punto y la aplicación de los principios de la economía circular, se solicita que se promueva su reparación en lugar de su sustitución.
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