Un centenar de personas se congregaron el miércoles por la mañana frente a la Ciudad de la Justicia de Barcelona, donde se está llevando a cabo el juicio a Janet Catalan, la activista LGTBIQ+ que se enfrenta a dos años de prisión por presuntamente agredir a un agente de los Mossos d’Esquadra durante una manifestación el 16 de mayo de 2022 frente a una librería en Barcelona que presentaba un libro que consideraba transfóbico.
La activista recibió el apoyo de la vicepresidenta del Parlament y vicesecretaria de Feminismos y LGTBIQ+, Raquel Sans, así como de las diputadas Tània Verge y Mar Besses, junto con el exconseller Juli Fernàndez, entre otros. Los manifestantes corearon «¡Janet!» y aplaudieron su llegada.
Su abogada, Marta Bolinches, afirmó que «este proceso es otro ejemplo de violencia institucional que sufre la comunidad trans» y defendió que la catalana no cometió los actos de los que la acusa la Fiscalía.
Por su parte, Catalan expresó que este juicio es un «grave error del sistema que debe erradicarse» y, entre lágrimas, señaló que se le acusa de gritar y exigir poder vestirse como quiera y no ser golpeada en la calle, según sus palabras.
La fiscalía solicita dos años de prisión y una indemnización de 1.050 euros para Catalan, acusada de golpear con un palo de 3 metros en el hombro a un agente de la Brigada Móvil de los Mossos d’Esquadra por un delito de resistencia en competición, lesiones leves y violación de los derechos humanos en una instalación abierta al público. Junto a ella, otra manifestante está siendo procesada, para quien el fiscal pide un año de prisión y una multa de 4.320 euros por desobediencia grave.
