El director chileno Paolo Bortolameolli dirige el clásico «Madama Butterfly» de Giacomo Puccini en el Gran Teatre del Liceu de Barcelona, con la propuesta escénica orientalista de Moshe Leiser y Patrice Caurier con Daisy Evans como almacén.
La ópera «Madama Butterfly» forma parte del núcleo central de la obra de Puccini y, ambientada en el Japón del siglo XIX, cuenta la historia de Cio-Cio-San, una joven japonesa que se casa con BFPinkerton, un teniente estadounidense destinado en Nagasaki.
Para ella el matrimonio es sagrado mientras que para él es un hobby, y Pinkerton se marcha prometiendo volver, pero después de tres años no lo hace y cuando reaparece está casado con otra mujer y le reclama a su hijo que Cio-Cio-San tiene tenía en secreto.
En 15 funciones del 8 al 28 de diciembre, la ópera cuenta con tres elencos con las sopranos Sonya Yoncheva, Saioa Hernández y Ailyn Pérez como Cio-Cio-San y los cantantes Matthew Polenzani, Fabio Sartori y Celso Albelo como Pinkerton.
Bortolameolli, que ya representó «La flauta mágica» en el Liceo, aseguró que «Madama Butterfly» es un drama que todos los amantes de la ópera conocen, pero que cuando se representa «es muy conmovedor».
El director destacó cómo Puccini utiliza temas originales del folclore japonés, trabajándolos «desde la armonía», y con una partitura enriquecida con colores.
La soprano Sonya Yoncheva destacó que Cio-Cio-San es una «mujer que todavía puede existir», mientras que el tenor Matthew Polenzani aseguró que los cantantes tenían que hacer que Pinkerton pareciera humano incluso si actuaba con dureza.
Yoncheva, que explicó que está trabajando en nuevos roles para el próximo año, defendió que la cultura «es un derecho humano y la clave para una sociedad mejor».
El director artístico del instituto, Víctor García de Gomar, destacó la «jugosa puntuación» de Puccini y afirmó que la ocupación media de la ópera es del 85% en sus representaciones.