El Primer Ministro del Reino Unido anuncia cambios en políticas.
El laborista Keir Starmer tendrá que enfrentarse a desafíos como impulsar una economía lenta, arreglar un sistema de salud disfuncional y restaurar la confianza en el gobierno del país.
En su primer día completo como Primer Ministro británico, Keir Starmer dijo que ya había discutido sobre la guerra en Ucrania con líderes mundiales. También anunció sus planes de participar en una cumbre de la OTAN en Washington la próxima semana.
Starmer también declaró el sábado que abandonaría una controvertida política conservadora de deportar solicitantes de asilo a Ruanda y prometió implementar el cambio, aunque advirtió que llevaría tiempo.
La rueda de prensa se produjo después de su primera reunión de Gabinete, donde el nuevo Gobierno se enfrenta al enorme desafío de resolver muchos problemas internos y ganarse a una audiencia cansada de años de austeridad, caos político y una economía en crisis.
El Partido Laborista de Starmer obtuvo una victoria abrumadora en una plataforma de cambio, asestando al conservador el mayor golpe en sus dos siglos de historia.
Entre los muchos problemas que enfrenta está el impulso para una economía en recesión, arreglar un sistema de salud disfuncional y recuperar la confianza en el Gobierno.
Tendrá una agenda muy ocupada después de seis semanas de campaña, viajando a Washington la próxima semana para asistir a una reunión de la OTAN y acoger la cumbre de la Comunidad Política Europea el 18 de julio, un día después de la apertura del Parlamento y del discurso del Rey.
Starmer destacó algunos de los grandes temas del viernes, como asegurar las fronteras, haciendo referencia a un problema global más amplio en Europa y Estados Unidos. Los conservadores han luchado por detener el flujo de inmigrantes que llegan a través del Canal de la Mancha.
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