El martes comienza la deliberación del jurado

El fiscal sostiene la petición de 20 años de prisión y destaca la labor «impecable» de los investigadores
La defensa respalda el argumento y rechaza que se emita una condena «solo por sospechas»
El acusado del crimen de Es Carnatge, que enfrenta 20 años de prisión por matar a un hombre y luego prenderle fuego para ocultar el crimen, negó los hechos de los que se le acusa y afirmó que la policía lo presionó mucho para confesar, declarando que era «una tapadera».
En la audiencia de este lunes en el juicio con jurado en la corte provincial, el hombre añadió que la última vez que vio a la víctima, con la que mantenía una relación cordial y a la que visitaba de vez en cuando, fue unas semanas antes de los hechos. Negó estar en la choza durante la noche y madrugada del 25 de enero de 2022, cuando sucedieron los eventos.
Al responder a las preguntas de su abogado, Marga Toro, el sospechoso también negó que el vehículo que aparecía en las cámaras de seguridad fuera suyo.
Insistiendo en las presiones de la policía durante su declaración, el hombre reiteró que no recordaba nada de lo que ocurrió esa noche y que «dijo lo que dijo, las preguntas le hacían pensar que estaba allí y confesó algo que no había hecho». «Me dijeron que me ayudaría y, como un tonto, lo creí», agregó.
Además de responder a las preguntas de su abogado, el acusado contestó unas veinte preguntas que le hizo el jurado, negando haber tenido confrontaciones violentas con la víctima y haber actuado como testigo o cómplice.
Investigación impecable
El proceso finalizó el lunes con la presentación de la prueba documental y la lectura de los informes finales de las partes. En ese momento, la fiscal Adela Jiménez-Villarjo mantuvo la solicitud de una sentencia de 20 años de prisión por asesinato, al considerar que la evidencia presentada acreditaba la culpabilidad del acusado: «Aunque es cierto que no hay testigos presenciales».
El representante del Ministerio Público aprovechó la ocasión para elogiar la labor del juez y los investigadores, después de que en ciertos momentos del juicio la abogada defensora, Marga Toro, hubiera considerado las investigaciones como parciales. «Debo defender al juez y a los investigadores instructores. Su trabajo fue impecable», dijo.
Entre sus argumentos, el fiscal destacó que la única persona con la que la víctima tenía problemas, según los testimonios de testigos, es la única que se posiciona, por las antenas, en el lugar y momento de los eventos.
«Es la única persona que conocía a la víctima, que había tenido episodios amenazantes, malas relaciones con él, violencia hacia él y que había mantenido relaciones con él», afirmó.
La acusación particular en nombre de la familia de la víctima, representada por el abogado Pedro Casado, reclama 25 años de prisión por asesinato con alevosía y ensañamiento, aunque no hay precedentes para contemplar esa cifra.
El abogado rechazó el argumento del acusado de haber sido presionado en su declaración policial, ya que explicó que en el juzgado el acusado ratificó su declaración ante la policía, pudiendo referirse a ese supuesto episodio. «Intentó mostrarse como una víctima», añadió.
«Su nombre y que la víctima era una buena persona son las únicas verdades que dijo», comentó sobre la declaración del acusado.
La abogada que defiende al acusado, Marga Toro, volvió a pedir su absolución e insistió en que la investigación es parcial.
Afirmó que en el informe policial se omitieron detalles como herramientas o un candelabro encontrados en el lugar del crimen, y que las imágenes de las cámaras de seguridad de una gasolinera cercana no se tuvieron en cuenta. En esa línea, insistió en que la investigación se basó exclusivamente en «habitaciones y antenas».
«No hay una única evidencia directa. No se encontraron objetos, llamadas o mensajes. Solo hay indicios, y los indicios también deben probarse», dijo, argumentando que no se puede emitir una condena basada en sospechas.
Para la abogada, dado que el acusado vivía en la zona, su presencia en el lugar no es concluyente. «Era lo más normal del mundo. Si hubiera vivido en Capdepera, sí, pero vivía allí. Es como buscar rastros en tu propia casa», explicó.
Este martes está programada la deliberación del jurado sobre el veredicto, momento en el que decidirán la culpabilidad o inocencia del sospechoso.
Los hechos
Los hechos ocurrieron el 25 de enero de 2022, cuando se descubrió el cuerpo de un hombre dentro de una choza quemada en Es Carnatge (Palma).
En un principio, la muerte parecía haber sido accidental debido a un incendio en una estufa, pero tras confirmar que fue un homicidio, la investigación culminó en el arresto, en febrero de 2023, de un hombre español de 32 años que ha estado en prisión desde entonces.