El Gobierno aprueba un impuesto mínimo del 15% a las multinacionales contra la «planificación fiscal agresiva»

El Consejo de Ministros aprobó el martes el proyecto de ley que transpone a la legislación nacional la directiva europea que garantiza un nivel mínimo global de tributación del 15% en el Impuesto sobre los Beneficios para grupos de empresas multinacionales y grandes grupos nacionales con un volumen de negocios superior a 750 millones de euros.
La vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, explicó en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros que esta directiva busca evitar que las empresas trasladen beneficios a territorios con baja o nula tributación, lo que perjudica los ingresos de los estados y crea una situación en espiral.
El objetivo de este proyecto es adaptar a la legislación española los acuerdos fiscales internacionales alcanzados en foros e instituciones globales como el G20, la OCDE o la UE, para combatir la planificación fiscal agresiva de las multinacionales.
«Se busca avanzar hacia un sistema fiscal internacional más justo, idealmente armonizado, basado en la premisa de que aquellos que más ganan deben contribuir a la sociedad en su conjunto», destacó el Primer Vicepresidente.
Con la aprobación en el Consejo de Ministros, el proyecto iniciará su tramitación parlamentaria, donde se espera obtener un amplio apoyo de aquellos que defienden un sistema fiscal más equitativo.
Según Montero, la directiva debe ser transpuesta antes de finales de 2024, ya que se aplicará a los resultados de ese año, aunque no se declarará hasta 2026.
En cuanto al impacto en las empresas, la ministra señaló que un total de 126 grupos con sede en España y 707 grupos multinacionales con sede en el extranjero y filiales en España podrían verse afectados.
La directiva prevé la creación de un impuesto complementario con tres configuraciones compatibles entre sí.
En primer lugar, se puede establecer un impuesto nacional complementario que represente el 15% de la participación efectiva. Sin embargo, la ministra explicó que como España ya tiene una cuota mínima del 15%, es menos probable que se aplique este mínimo de la directiva, a menos que la diferencia entre el porcentaje del valor ajustado y el resultado contable difiera del establecido por la legislación española.
Otras formas de impuesto incluyen el impuesto primario complementario, aplicable cuando la sociedad matriz de un grupo multinacional está en España y obtiene rentas de filiales en el extranjero con un tipo inferior al 15%, y el impuesto secundario complementario, que actúa como sistema de cierre.
Tras un periodo de transición, Montero aseguró que habrá una evolución en el comportamiento de ambas figuras impositivas, la nacional ya aprobada que se aplica a las bases imponibles, y la de la normativa europea que se aplica a los resultados contables ajustados.
En cuanto a las estimaciones de recaudación, Montero indicó que aún no hay datos que permitan prever cómo se comportará la legislación de los distintos países miembros que están adaptando su marco normativo a esta nueva transposición de las directivas.
Por ello, el Gobierno español decidió compatibilizar ambas figuras impositivas para determinar cuál, sobre el beneficio contable ajustado o sobre la base imponible, resulta más rentable.
A pesar de que el Gobierno ya aprobó en primera vuelta en diciembre el proyecto de ley de transposición de directivas europeas, en enero la Comisión Europea abrió un expediente de infracción contra España por no implementar las medidas necesarias para ajustar el nuevo tipo mínimo global.
Además, recientemente en mayo, la Comisión Europea amenazó con llevar a España ante el Tribunal de Justicia de la Unión Europea por no implementar las medidas necesarias para transponer el nuevo tipo mínimo global.
Sin embargo, la ministra recordó que España implementó de forma pionera algunas de estas políticas fiscales, como el primer impuesto sobre los beneficios del 15% para grandes empresas en 2022.
«Siempre he dicho que es un disparate que las grandes multinacionales paguen menos impuestos que las pequeñas o medianas empresas», afirmó el Ministro de Hacienda, destacando que el tipo real se acerca al tipo teórico del impuesto.
Además, se han aprobado otros impuestos que afectan a las grandes empresas, como el impuesto a ciertos servicios digitales con una facturación superior a 750 millones de euros o el impuesto a las transacciones financieras. También se aprobó el impuesto a empresas energéticas y bancos que obtuvieron beneficios récord con el aumento de los precios de la energía y las tasas de interés.
El Gobierno ha desarrollado una política fiscal responsable basada en acuerdos y recomendaciones internacionales, a pesar del ruido constante en el fondo, afirmó el Ministro de Hacienda.
FUENTE