El gesto de Sánchez hacia Yolanda Díaz en medio de las tensiones con la CEOE.

Él Ministerio de Trabajo dio un giro copernicano en sus negociaciones sobre la reducción legal de la jornada laboral. Si la semana pasada esbozó el ultimátum y criticó a los empresarios. CEOE y Cepyme Por la «burla» del diálogo social, este lunes el «número dos» de la vicepresidenta Yolanda Díaz, Joaquín Pérez Reyera conciliador con los empresarios.

Mientras tanto, un toque de Moncloa y el ala socialista para actuar reducción del tiempo de trabajo necesariamente con los empresarios, para dar más poder a un acuerdo que luego tendrá que ser validado en el Congreso de los Diputados por la mayoría de la inversión, que tiene entre sus socios a PNV y Junts, con un programa económico de derechas.

El departamento dirigido por el vicepresidente segundo trabajó intensamente para intentar darle la vuelta a las negociaciones con diversos gestos. En primer lugar, la propuesta de «flexibilizar» la implantación de la reducción de la jornada legal a 37,5 horas en 2025mediante una ampliación temporal de los horarios irregulares de distribución que las empresas puedan establecer.

Esto se debe a que la línea de base será el día acordado antes de que se apruebe la ley, dando más libertad a los sectores afectados para adaptarse mejor al cambio, por ejemplo antes picos de produccióncomo el verano en la hostelería o las campañas de recogida.

El segundo elemento a considerar, más allá de la negociación, tiene que ver con el «nido de avispas» del mundo empresarial. Los dos principales centros del país están representados en el diálogo social, UGT y CCOOasí como las dos organizaciones empresariales más representativas, CEOE y Cepyme.

Ahora Conpymes, una organización patronal respaldada por la empresa catalana Pimec, a cuyo lanzamiento asistieron tanto Díaz como la mujer de Pedro Sánchez, Begoña Gómez, quiso pescar en el río revuelto de la jornada laboral y pidió estar presente en la negociación. con el Gobierno, si CEOE se negara a presentar su propia propuesta.

El Secretario de Estado de Trabajo cerró esa puerta. «La composición del diálogo social es la que es. En la mesa de Diálogo Social están CEOE, Cepyme, UGT y CCOO y, por supuesto, todas las propuestas de todas las patronales, sean las que sean, o de otras organizaciones sindicales, el Gobierno naturalmente las recibe. Pero el diálogo social lo conforman las organizaciones sociales más representativas del país y son ellas las que actualmente están tomando asiento en la mesa”, concluyó Pérez Rey en conferencia de prensa posterior a la reunión de ese día.

El gobierno permitió a Conpymes ingresar a organizaciones claves como El Consejo de la Pyme del Ministerio de Industria, y se comprometió a cumplir una ley de representantes empresariales con los que esta organización podría entablar un diálogo social. La norma fue incluida en el Plan Regulador del Ejecutivo para este año, pero aún no ha sido implementada.

CEOE describe «política de amistad» la maniobra del Gobierno para permitir el ingreso de Conpymes al diálogo social. Esta organización alega que Cepyme no puede representar los intereses de las pequeñas y medianas empresas porque está integrada de facto en CEOE, que representa a las grandes empresas.

Presidente Cepyme, Gerardo Cuervafue claro durante la Asamblea Anual celebrada la semana pasada: «Es tan triste que quienes saben poco sobre cómo ha funcionado el diálogo social en España durante las últimas cinco décadas, quiere hacerla estallar, evitándola por un lado y colonizándola con interlocutores dóciles por el otro.; «Es triste que de repente te digan que no representas a quien representas porque el gobierno necesita interlocutores sumisos para atacar a la empresa».

Fuentes de Conpymes consultadas por ECONOMÍA DIGITAL señalan que no han recibido respuesta a la carta enviada al Gobierno, pero están preocupadas por la reducción de la jornada laboral y sus potenciales efectos en la productividad. Aseguran que la reducción del tiempo de trabajo es una «idea vestida de buenas intenciones»pero puede tener consecuencias nefastas si no se articula correctamente, afectando en gran medida a las PYME que pretenden representar.

Desde el punto de vista de fondo, el discurso de Conpymes y el de CEOE hoy no difieren mucho y se preocupan principalmente por el impacto en determinados sectores y en las empresas más pequeñas. Aquí se produce un cambio clave en el Gobierno, que, si bien mantiene su postura de reducir la jornada laboral, ahora ha admitido que hay «margen de flexibilidad» al implementar la jornada de 37,5 horas, una promulgación que incluso los sindicatos han reconocido podría retrasarse para atraer a los empleadores.

En concreto, aunque Pérez Rey descartó ahora aprobar una jornada que no regirá hasta 2030 –«No se trata de burlarse de los ciudadanos»-, el secretario de Estado dejó entrever que podrían existir otras compensaciones a las microempresas o concesionarias de la Administración que no supongan grandes incrementos de costes laborales.