El eje intestino-cerebro y su influencia en las enfermedades.
El desequilibrio de la microbiota influye en las enfermedades. El inmunólogo Mauro Minelli de la Fundación para la Medicina Personalizada explica cómo en Adnkronos Salute.
En la microbiota intestinal humana existe una porción de microorganismos capaces de actuar sobre el llamado “eje intestino-cerebro”, un canal de doble vía a través del cual el intestino se comunica con el cerebro y viceversa. La comunicación a lo largo de este eje está garantizada por unas moléculas que permiten un diálogo constante e inmediato entre las neuronas del cerebro y las neuronas que, distribuidas en el intestino humano, forman el llamado «plexo neuroentérico».
Estas moléculas también son producidas por diversas bacterias de la microbiota, llamadas «psicobióticas» y capaces de interactuar con las células neuronales, interviniendo así en la dinámica funcional de ese delicado eje. Por otro lado, se han encontrado organizaciones microbianas intestinales desordenadas y desequilibradas en diversas afecciones neuropsiquiátricas, como la depresión y la ansiedad, los trastornos del espectro autista, la esquizofrenia e incluso la enfermedad de Parkinson y la enfermedad de Alzheimer.
Se supone que los cambios en las señales de la microbiota en los primeros años de vida, si no en el entorno fetal, tienen importantes repercusiones en los procesos de formación de las neuronas que constituirán la preciosa estructura cerebral del hipocampo, con consecuencias en el comportamiento del niño y, posteriormente, del adulto. En particular, en lo que respecta a los trastornos del espectro autista, en estos pacientes se observan a menudo trastornos gastrointestinales con cambios en la microbiota representados más comúnmente por una mayor abundancia de clostridios y un aumento general de bacterias anaeróbicas.
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