El efecto boomerang de castigar a cualquiera que albergue o alimente a opositores en Venezuela es una estrategia contraproducente.

El efecto boomerang de castigar a cualquiera que albergue o alimente a opositores en Venezuela es una estrategia contraproducente.

Al final de mayo, la líder opositora venezolana María Corina Machado caminaba por un camino polvoriento en el sector La Macanillal del estado Apure, abrazada a una niña, cuando escuchó a un comerciante local gritar: “¡Entra a mi negocio, así!». «¡Ciérralo!» El político, sonriendo, lo abrazó y le dijo: «se acabó el miedo en este país».

El video de esa escena, grabado luego de la gira de Machado por Amazonas, en el sur del país, cobró relevancia en las redes sociales en medio de una ola de cierres de restaurantes y hoteles que vendían comida o hospedaban al líder del movimiento Vente y su equipo.

El Seniat, organismo de inspección tributaria, decretó cierres y multas en 6 ciudades para quienes apoyaron la logística opositora venezolana, mientras militares confiscaron la canoa en la que viajaba por un río en la región Apure.

El gobierno venezolano se ha fijado el objetivo de duplicar la recaudación de impuestos este año respecto a 2023. Aunque las inspecciones fiscales son rutinarias, la oposición no cree que se estén realizando de inmediato en lugares donde se han prestado servicios a sus líderes o se han celebrado reuniones políticas.

El superintendente del Seniat es José David Cabello, cuyo hermano es considerado uno de los más altos dirigentes del chavismo y el primer vicepresidente del oficialismo, el diputado Diosdado Cabello.

El caso más sonado fue el del vendedor de empanadas Pancho Grill en la localidad de Corozopando, en Guárico, centro de Venezuela: 30 minutos después de que circulara un video de Machado comiendo papas fritas allí, el Seniat cerró el establecimiento.

Sus propietarias, Corina Hernández y sus hermanas Mileidis y Elys Cabrera, publicaron un pequeño cartel debajo del adhesivo del Seniat con la frase “hasta el final”, lema de campaña de Machado a favor del candidato presidencial opositor Edmundo González Urrutia.

Una parte del antichavis interpretó el gesto como un desafío al poder político nacional. Mientras tanto, Machado enfatizó su llamado a la población a dejar atrás el «miedo».

La viralidad de la sanción contra Pancho Grill catapultó sus ventas: prepararon 500 empanadas en 8 días, muchas por pedidos a través de redes sociales, un ritmo de rotación que nunca habían tenido, comentaron sus administradores.

La mayoría de los venezolanos está de acuerdo con un «cambio» político en el país y ya no quiere «gachar la cabeza» ante los abusos del gobierno, diagnosticó Oswaldo Ramírez, analista y presidente de la firma venezolana ORC Consultores.

Consideró que reacciones como las de Pancho Grill o la del comerciante Apure que invitó a Machado a su negocio pese al riesgo de cierre no sólo son parte de un proceso de «indignación» sino también de la intención de voto desde «la esperanza».

“Pueden intentar cerrar (negocios), pero la realidad es que eso no va a cambiar el deseo de cambio de la gente. Cualquier amenaza a las empresas o a los actores económicos termina generando un efecto de «no me importan las consecuencias» en las personas, dijo. VOA.

La desmotivación del electorado beneficiaría en las elecciones del 28 de julio al presidente y candidato a la reelección Nicolás Maduro, cuya base electoral ronda el 13% y quien tiene el desafío de cerrar la «amplia brecha» que lo separa de la oposición, explicó Ramírez.

Jorge Rodríguez, jefe de la sede de campaña de Maduro y presidente del parlamento venezolano, dijo esta semana que el presidente ha subido 10 puntos en las encuestas en sólo 9 días. «Un candidato que asciende en tan poco tiempo es imparable», dijo el martes a los medios.

Miedos y esperanzas

Según la politóloga Doriam González, los venezolanos estamos asistiendo a una lucha entre dos líderes políticos, Maduro y Machado, quienes impulsan sus campañas basándose en catalizadores distintos a la intención de voto: uno promueve el «miedo»; el otro, «esperanza».

«Maduro busca por todos los medios desmovilizar el voto opositor, dándose cuenta de lo que son capaces de hacer desde el poder. Machado utilizó el miedo y la rabia (contra el chavismo) durante mucho tiempo sin resultados, y ahora está migrando a la esperanza”, afirmó.

Desde la campaña de 1998, cuando Hugo Chávez prometió «freír en aceite» a la clase política tradicional, las campañas del chavismo han estado ligadas emocionalmente al miedo como catalizador «eficaz» del voto venezolano, aseguró.

Años más tarde, tanto Chávez como Maduro han seguido basándose en el miedo como un «desencadenante emocional» para que la gente tema perder beneficios sociales o préstamos para vivienda si gana la oposición, dijo González.

Señaló que las condiciones económicas del país «apoyaron» esa estrategia en esos años, lo que ya no ocurre después de una década de crisis.

«Apostar al miedo sin condiciones económicas que agreguen valor puede ser contraproducente, incluso este tipo de expresiones» de comerciantes y empresarios que desafían al gobierno a cerrarlos o sancionarlos si apoyan a Machado o a la oposición.

Entre comedias y anécdotas

Las sanciones impuestas a comerciantes y empresarios por el simple hecho de prestar servicios a activistas de la oposición son «episodios pintorescos» de las formas oficiales de hacer política, una «comedia menor» comparada con la «tragedia» socioeconómica del país, según el sociólogo, el escritor, profesor e investigador Miguel Ángel Campos.

En estas circunstancias, el venezolano luce «hermoso» y «estos acosos no le afectan», dijo en conversación con Voz de America Campos, quien agregó que el chavismo «no midió el efecto contrario que esto podría tener» en el pueblo.

“Esto demuestra que no tienen idea de los efectos de la publicidad y no saben en qué mundo viven. Sólo controlan las llaves que abren y cierran: dolor o felicidad, dinero y prosperidad para unos y sufrimiento y escasez para la mayoría», criticó, señalando que también hay comerciantes que se exponen a cambio de «la máxima publicidad».

FUENTE

nuevaprensa.info

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