El desinterés de PP y Vox por los derechos y el entretenimiento.
La ministra de Igualdad, Ana Redondo, lamentó que Castilla y León sea la «única» comunidad autónoma que carece de una ley LGTBI+, circunstancia que atribuyó al «abandono de competencias propias» del PP en la comunidad y criticó a la coalición de gobierno con Vox, que «no se preocupa» por los derechos colectivos y la diversidad. «Qué lástima que no valoren la diversidad», dijo.
«Antes no les importaba y menos ahora, lo cual es triste e irrespetuoso con la diversidad y la democracia», dijo a la prensa la titular de la cartera de Igualdad tras asistir a la inauguración de la exposición. ‘El lago de los cisnes’ de Cristóbal Tabares, celebrada en el Museo Nacional de Escultura de Valladolid.
Al mismo tiempo, Redondo acusó al PP de «abandonar las funciones durante los 38 años en los que gobernó la región», aunque indicó que esta situación es «una más» de las que se viven actualmente y es «evidente» que el PP no se preocupa por los derechos de las personas que viven en la comunidad.
Para Ana Redondo, al «pueblo» «no le preocupa la implementación de derechos porque las leyes autonómicas lo que tratan es la mejora de los preceptos establecidos en la legislación estatal».
Esto ocurre en la medida en que la ley estatal establece un estándar mínimo común sobre el cual las comunidades están empoderadas para implementar, mejorar, desarrollar y proporcionar más herramientas para que los ciudadanos disfruten de sus derechos.
En la misma línea, Redondo ha afirmado que es «evidente» que para el PP y su socio de gobierno Vox los derechos del colectivo LGTBI+ y la diversidad «no son importantes».
En relación a esta cuestión, Redondo ha explicado que la democracia se genera para integrar la diversidad y las minorías y vulnerando estos criterios, como está sucediendo con los gobiernos de PP y Vox, «va contra la ciudadanía».
Porque cada vez que se iza una bandera se renuncia a ella para defender los derechos de las personas, y con las sentencias del PP y Vox, un montón de causas justas por la igualdad «vuelven al armario», lo que obliga a estar «en alerta» permanentemente.
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