El abandono de animales sigue aumentando

El abandono de animales sigue aumentando
El problema del abandono de mascotas empeora cada año con la llegada de las vacaciones. Los perros son dejados en gasolineras, en la puerta de refugios o atados al primer poste que encuentran porque se cree que se llevarán bien sin problemas. Están abandonados en cualquier lugar. Pájaros, conejos, reptiles y otras criaturas (muchas de ellas exóticas) acaban en el primer lugar boscoso que encuentran. Y las tortugas son liberadas en lagos, estanques y ríos.

¿Qué sucede con los animales abandonados?

La mayoría de estos pequeños animales que alguna vez fueron la alegría del hogar, especialmente para los más pequeños, pero cuyos cuidados se volvieron rutinarios y aburridos una vez pasada la ilusión inicial, acaban mal. Básicamente, porque no saben cuidarse, a la hora de proporcionarse alimento, protección, seguridad, etc.

Los perros y gatos que siempre han tenido un hogar y son víctimas del abandono de mascotas acaban aterrorizados y hambrientos y muchos terminan atropellados. Porque también durante estos periodos el tráfico aumenta. Quienes se salvan de morir bajo las ruedas de un vehículo lo hacen por hambre, depresión o heridas provocadas por animales callejeros o algunas seres inhumanos.
Los pequeños roedores tampoco lo tienen muy fácil, porque si sobreviven al golpe, suelen morir por envenenamiento. Al haber sido criados en cautiverio y alimentados sólo con alimentos (y con suerte, algunas frutas y verduras), no saben qué plantas son comestibles y cuáles no.
Especies exóticas, liberadas por abandono de mascotas, puede convertirse en un problema grave, ya que prolifera y puede desequilibrar los ecosistemas locales. Si los animales que se liberan no son autóctonos, acaban siendo muy perjudiciales para el medio ambiente. Esto sucede porque quienes aprenden a adaptarse compiten por el alimento y desplazan a la fauna local. Y se convierte en especies invasivas.

Abandonar mascotas: una mala decisión

Aquel que es capaz de abandonar a un ser al que le ha dado amor, cuidado y cariño a su destino, debe considerar que no vive solo en el mundo. Tiene familiares, amigos y conocidos que notarán sus acciones, los cuales hablarán por sí solos del tipo de persona que es. E incluso podrían acusarte de un delito grave, abuso animal.

Porque ahora existe una Ley Nacional de Bienestar Animal, que permite perseguir directamente el delito de maltrato animal, no sólo a quienes los castiguen o dañen de cualquier forma, sino a todos aquellos seres inhumanos que sean capaces de cometer el delito de abandono de mascotas. Por lo que podrían enfrentarse a multas de hasta 50.000 euros, además de los cargos penales que conlleva su actuación.
Una persona que tiene una familia establecida y que con solo irse de vacaciones cae en la villanía de abandonar mascotas, debe considerarse un ejemplo para sus hijos, nietos y demás menores de la familia. Porque a los niños se les educa con acciones positivas.
En caso de abandono de mascotas, lo que aprenden los menores es que no importa cuánto amor le tengan a una persona, o cuánto hayan compartido juntos, si se van de vacaciones o les están molestando, es legal dejarlos donde quieran y deshacerse de ellos.
El problema (y su cruel solución) está servido: cuando los mayores envejezcan y empiecen a ser redundantes, para esos niños, ahora adultos, lo «normal» será hacer lo que aprendieron en la infancia: hay que dejar a la persona que está detrás y olvidarse de él. Él NO los abandonaría, NUNCA los abandonaría.

FUENTE

nuevaprensa.info

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