Día Mundial del Suelo 2024 – Celebrando la importancia de nuestros recursos naturales.

Día Mundial del Suelo 2024 – Celebrando la importancia de nuestros recursos naturales.

El Día Mundial del Suelo (DSM) se celebra anualmente cada 5 de diciembre desde 2014, año en el que la ONU designó esta fecha a propuesta de la FAO. Se decidió el 5 de diciembre porque coincidía con el cumpleaños del rey de Tailandia Bhumibol Adulyadej, un querido monarca fallecido en 2016 y uno de los grandes impulsores de la idea.

Pero los orígenes se remontan al año 2002, por impulso de la Unión Internacional de Ciencias del Suelo (IUSS), quien propuso este evento dentro de la Alianza Mundial del Suelo, un foro colaborativo nacido de la necesidad de compartir experiencias sostenibles para recuperar un suelo que considerábamos un recurso infinito.

Generalmente se cree que los suelos son simplemente el soporte nutricional de las plantas que allí crecen. Sin embargo, también es un superorganismo y un ecosistema complejo del que todos dependemos a diario.

El suelo juega un papel esencial ya que es la interfaz entre la atmósfera (aire), la hidrosfera (agua), la litosfera (roca) y la biosfera (mundo vivo). Los suelos están en el centro de importantes cuestiones globales como la seguridad alimentaria, cambio climático y biodiversidad.

De hecho, la disponibilidad de tierra cultivable y, por tanto, de suelo capaz de sustentar de forma sostenible la producción de alimentos, energía o fibras, es una cuestión clave para satisfacer nuestras necesidades futuras. Salvar y promover eficazmente este entorno es imprescindible para garantizar estas necesidades.

¿Qué pasó con los pisos?

Desde que existe la agricultura, hemos creado 2 mil millones de desiertos en este planeta. Los primeros mil millones en 6.000 años y los segundos después del siglo XX. En poco más de 100 años, hemos destruido tanto como en los últimos 6.000 años. La industrialización de la agricultura es la primera causa de la muerte de nuestros suelos.

El suelo consta de un 50% de huecos rellenos con agua y aire. El resto están formados principalmente por materiales minerales como arena o arcilla. Mezclado y suplementado con materiales orgánicos resultantes de la descomposición de animales y plantas (humus). Día Mundial del Suelo 2023.

Árboles y gusanos

El suelo es un ecosistema vivo en el que los árboles desempeñan un papel especialmente importante. Sus raíces fijan sustratos y agua. Pero además, las hojas muertas que caen cada año serán atacadas y devoradas por la llamada fauna epigea (colémbolos, cochinillas, ácaros y nematodos) para convertirlas en materia orgánica molida muy finamente. Esta «masticación previa» permitirá a los hongos, los únicos seres vivos capaces de descomponer la madera, descomponer este material para convertirlo en humus.

En primavera, cuando el suelo se calienta, las bacterias mineralizarán el humus, es decir, liberarán todos los nutrientes como fosfato, nitrógeno, nitrato y potasio, que las plantas captarán a través de las raíces.

Los árboles también tienen pivotes que descienden hasta el lecho de roca, el mundo mineral. De esta manera pueden alcanzar una profundidad de varios cientos de metros. En lo profundo del suelo, las raíces secretarán ácidos que permitirán la creación de arcilla.

La fauna anécica, es decir, las lombrices de tierra, permitirá, gracias a sus movimientos verticales, acercar estos dos materiales. Una vez cae la noche, las lombrices saldrán a la superficie con las tripas llenas de arcilla, para amontonarse con humus en la superficie. Son los humus, sus excrementos, los que forman el complejo arcilloso húmico y por tanto el suelo.

Un suelo sano, que aporta todos los nutrientes necesarios para un buen crecimiento de las plantas, es un suelo poblado por una gran cantidad de organismos vivos. Y un suelo sano proporciona innumerables servicios a todos los seres que viven en el planeta.

Para los humanos, los suelos son vitales para:

  • Filtrar nuestra agua.
  • Obtener energía gracias a la biomasa.
  • Producir lino o algodón.
  • Crear medicina. No olvidemos que el 70% de los antibióticos que utilizamos se desarrollaron a partir de organismos del suelo.
  • Regular el clima gracias a la fotosíntesis, que absorbe cada año el 30% de las emisiones humanas de CO2.
  • Producir la mayor parte de los alimentos que consumimos.
  • Conseguir materiales de construcción.

Los estamos matando

El hombre es responsable de la infertilidad casi universal de nuestros suelos en prácticamente todas partes del planeta. Esto se debe a la deforestación, industrialización masiva de la agricultura y urbanización desenfrenada.

La deforestación no solo destruye los árboles e impide que cumplan su función vital. También libera enormes cantidades de dióxido de carbono que ya no estará disponible para que las plantas se alimenten.

Usar el arado es otro error grave. Cuando intentamos airear el terreno dándole la vuelta provocamos una alteración del equilibrio del suelo, liberamos CO2 a la atmósfera y empeoramos la erosión. Esto implicó la muerte lenta de los organismos que viven en el suelo. Lo que provocó la infertilidad de los sustratos. Y para rematar el trabajo, agregamos agroquímicos.

El problema es que estos fertilizantes químicos destruyen la biodiversidad esencial para la vida del suelo. Y son también la principal causa de contaminación de las aguas subterráneas, principales reservorios de agua potable.

El resultado es alarmante. Los expertos calculan que en los últimos 40 años hemos perdido más del 80% de nuestras lombrices. Y casi todas las personas en el mundo tienen residuos tóxicos de pesticidas y fertilizantes en sus suelos.

La rápida urbanización de nuestras sociedades también es desastrosa. Porque el cemento y los materiales de construcción impermeabilizan los suelos y los destruyen permanentemente. Todo lo que hay debajo de nuestras ciudades alguna vez fue tierra viva. Día Mundial del Suelo 2023

¿Qué podemos hacer?

La solución, según la mayoría de expertos, es recurrir a prácticas agrícolas que respeten a los seres vivos. Serían capaces de garantizar tanto la seguridad alimentaria como la regulación de las emisiones de gases de efecto invernadero. Aunque iría en contra del negocio de los agroquímicos.

La agricultura ecológica reúne un conjunto de prácticas encaminadas a reducir el impacto sobre el medio ambiente, apoyándose en las fuerzas de la naturaleza. En otras palabras, la idea es adoptar prácticas agrícolas que devuelvan la vida al suelo, permitiéndole desempeñar plenamente sus funciones vitales para las personas, el medio ambiente y la biodiversidad.

FUENTE

nuevaprensa.info

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