La localidad de Latre, en el Pirineo del Alto Gállego, está en medio de la confusión debido a la desaparición de la imagen polémica de un empresario local representado como San Matías después de una restauración no autorizada en el mercado. La iglesia románica de San Miguel ha generado divisiones entre los vecinos y revuelo en los medios y redes sociales, comparando la situación con el «Eccehomo» de Borja (Zaragoza).
La restauración fue realizada por el empresario Eduardo Lacasta, condenado en 2020 por estafa a particulares y administraciones públicas por un total de 45 millones de euros, incluyendo al Gobierno de Aragón, Ayuntamiento de Zaragoza y la Agencia Fiscal.
El alcalde Primitivo Grasa explicó que la restauración desconcertó a los habitantes de Latre, que cuenta con solo nueve habitantes, ya que la imagen de San Matías lucía completamente diferente tras la intervención.
Algunos vecinos están molestos por la situación, ya que San Matías no es un santo relevante en Latre, cuya patrona es Santa Bárbara y cuya iglesia está consagrada a San Miguel Arcángel.
Para resolver la controversia, el alcalde propuso una reunión entre el Ayuntamiento, la Diócesis de Jaca y los vecinos para tomar una decisión conjunta.
Un vecino de Caldearenas expresó su preocupación por la situación, indicando que hay otros problemas más importantes por resolver y lamentando que la localidad haya ganado notoriedad por esta controversia.
Sobre el empresario Eduardo Lacasta, se le describe como una mezcla entre Gil y Gil y Torrente, y se menciona que sus acciones previas son conocidas, en referencia a su condena por estafa.
En declaraciones a Aragón TV, Lacasta admitió haber ordenado la intervención en la iglesia, pero aseguró que no pretendía que su rostro se pareciera al de San Matías y que pensó que la imagen final se vería diferente.