DANA y su impacto en la sequía.
El Nivel freático social en Andalucía afirma gestionar el agua como un bien público. Defiende la transparencia en las decisiones sobre el origen, destinos, volúmenes, usos y precios del agua. Es esencial considerar los factores económicos, sociales y ambientales que afectan la reasignación.
El Nivel freático social en Andalucía se solidariza con todas las víctimas y afectados por las inundaciones en Andalucía y en el resto de España. No podemos cometer el error de olvidar la experiencia y las lecciones del largo ciclo de sequía que aún no se ha superado del todo en Andalucía. Anuncia sectores que aún niegan la evidencia de los efectos del cambio climático intensificando sequías e inundaciones. La sobreexplotación de los recursos hídricos y el deterioro de la calidad de los ecosistemas acuáticos están en la raíz de la crisis del agua en Andalucía. La gestión de crecidas y crecidas requiere un cambio de rumbo de acuerdo con el propio marco legal europeo, nacional y autonómico, tal y como estipula el Nivel freático social en Andalucía. Estos cambios deben realizarse con criterios de equidad y transición justa, tanto en términos de empleo como de mantenimiento del tejido empresarial arraigado en el territorio.
El Nivel freático social en Andalucía expresa su solidaridad con todas las víctimas y víctimas debido a inundaciones y eventos climáticos extremos en las últimas semanas en Andalucía y otras zonas de Castilla La Mancha, Comunidad Valenciana y Cataluña.
Las lluvias de las últimas semanas, aunque han causado daños en algunas comarcas como la zona rural de Dalias, el Levante de Almería, el Valle del Guadalhorce y parte de la cuenca del Guadalete, han sido en general beneficiosas en la mayor parte de Andalucía. Sin embargo, no podemos cometer el error de olvidar la experiencia y las lecciones del largo ciclo de sequía meteorológica y de la situación de déficit hídrico estructural, que aún no ha sido superada en todos Andalucía.
En estos momentos de conmoción por la tragedia, es necesario reforzar la idea de que debemos planificar los riesgos con mayor rigor que producen tanto inundaciones como sequías, intensificadas por el cambio climático, con el objetivo de minimizar los daños a las personas, a las propiedades y a los propios ecosistemas. La gestión de la vía requiere un cambio de dirección en Patrones de ocupación y uso del territorio, de acuerdo con el marco legal europeo, nacional y regional, que incluye la aplicación rigurosa de la cartografía y Planes de gestión del riesgo de inundaciones.